Realizan peregrinación y celebración a la Santa Muerte en Pachuca

Una vez más, los devotos de la Santa Muerte tomaron las calles de Pachuca en una peregrinación que partió desde el Mercado Sonorita. Vestidos en variados colores y ataviados con indumentarias distintas, cientos de personas, en su mayoría provenientes de diversas localidades hidalguenses, pero también de estados vecinos como el Estado de México, Puebla y Veracruz, se unieron a esta tradicional procesión.

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El punto de destino de esta peregrinación anual es la Catedral de la Santa Muerte, ubicada en la avenida 8 No. 333, Nuevo Hidalgo, en Pachuca de Soto. La familia Arteaga, procedente de Chimalhuacán, Estado de México, viajó para participar en la festividad, atraídos por la fe que han depositado en la Santa Muerte a lo largo de los años debido a los milagros que le atribuyen.

Esmeralda Arteaga compartió con La Jornada Hidalgo que su fe en la Santa Muerte tiene una antigüedad de aproximadamente 15 años, iniciada tras un accidente que sufrió su hermana: “La confiamos para que todo saliera bien y realmente obtuvimos el milagro esperado, lo que nos llevó a seguirla”.

Toda la familia Arteaga, compuesta por unas 30 personas, viaja junta en combis para visitar Pachuca, donde se encuentra “la mera catedral”, en palabras de Esmeralda. Cada uno de los colores con los que visten a la Santa Muerte tiene un significado específico: el blanco representa la salud, el rojo el amor, el azul la pureza, el amarillo el dinero y el naranja el poder y la energía.

En cuanto a las ofrendas, estas incluyen agua, tequila, flores, velas e incienso, y se hacen de corazón, sin expectativas ni exigencias, como explicó Ricardo Witz Ruiz.

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El llamado “Obispo Negro”, Oscar Pelcastre, reveló que no podía proporcionar una cifra exacta del número de visitantes que acuden a honrar a la “Niña Blanca” en Hidalgo, dado que asisten multitudes tanto a la peregrinación como a la catedral para hacer sus ofrendas. Además, destacó que esta fe está en constante crecimiento: hace dos décadas, tan solo 10 personas lo acompañaban, mientras que hoy son cientos.