Tengo en mis manos el libro conmemorativo del centenario del nacimiento del profesor Rafael Cravioto Muñoz que se cumplió hace cinco años, editado por la Secretaría de Cultura y la Sociedad de Geografía y Estadística Hidalgo, como sea ya empezó a circular y en breve se hará la presentación del mismo, donde se revela la personalidad de un excepcional ser humano e intelectual hidalguense.
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Poseedor de por décadas la biblioteca personal más grande y completa de Hidalgo ahora hay otras, quien fuera director de El Sol de Hidalgo por 26 años, director de la escuela normal Benito Juárez, presidente municipal de Pachuca y diputado federal por el I Distrito que en ese tiempo tenía su cabecera en Pachuca, fue un personaje cuyo legado no se ha valorado plenamente.
Este libro generado por iniciativa de Raúl Arroyo quien se dio a la tarea de invitar, convencer y recopilar los textos de quienes participan en él, es solo un sencillo homenaje a un maestro de muchos historiadores, investigadores e intelectuales a quienes orientó formando una corriente de pensadores que hoy se manifiesta en diferentes formas a través de sus publicaciones sean en libros o medios de comunicación.
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Sus textos de análisis, crónicas y poesía plasman las épocas que vivió y sus contribuciones como parte de los iniciadores de la Feria Universitaria del Libro o el periódico histórico Tempo de Pachuca o su polémico discurso en la creación del Instituto Hidalguense de la Cultura en 1988 sobre el aldeanismo, deben ser mayormente difundidos porque son parte del acervo cultural y la memoria de Hidalgo.
Y más allá de eso, los textos son emotivos porque no solo exaltan su conocimiento, su capacidad de análisis y de síntesis, también el personaje excepcional que fue su trato inteligente su bonhomía, además de su buen comer y su buen beber, que lo hicieron el más notable intelectual hidalguense del Siglo XX.
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