Carlos Camacho

¿Qué se hace para blindar los procesos electorales?

Es una pregunta que genera más interrogantes que respuestas, pues ni autoridades, ni organismos electorales, ni partidos ni candidatos abordan el tema en la entidad, como sí lo hacen a nivel nacional para advertir sobre el riesgo de que los grupos criminales se inmiscuyan en los procesos electorales.

El periodista Francisco Garfias y el ex consejero del Instituto Nacional Electoral (INE), Marco Antonio Baños, el magistrado electoral Felipe de la Mata y el diputado federal del PRI, Rubén Moreira, han advertido respecto del peligro que acecha los procesos electorales en curso y han colocado a 107 distritos electorales federales la etiqueta de “alto riesgo”, a 112 de mediano riesgo y a 31 de baja o nula posibilidad de que se entrometan los grupos delictivos en los procesos, ya sea “invirtiendo” dinero para apoyar a algún candidato o amenazando para imponer a sus “gallos”.

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También hay una lista de estados de la República con alto riesgo, mediano y bajo. Hidalgo se coloca entre los de mediano riesgo, pero hay antecedentes en nuestra entidad, que nos hacen temer que los grupos criminales se involucren en zonas como el altiplano, el Valle del Mezquital o el valle de Tizayuca.

En Ixmiquilpan hay una historia de cómo los grupos criminales se han involucrado, ofreciendo dinero, vehículos y logística a los candidatos, a cambio de que al ganar la elección y una vez en el poder, puedan colocar a sus incondicionales en puestos clave de la administración pública municipal.

Se sabe de la presencia de grupos delictivos en esa región y en otros puntos de la entidad, de ahí las ejecuciones, los enfrentamientos, debido a las disputas por las plazas.

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Luego entonces, no es descabellado pensar en el riesgo que existe de que en las elecciones concurrentes del próximo 2 de junio, meta su mano el crimen organizado y no se sabe aún si las autoridades encargadas de garantizar la seguridad de partidos, candidatos y de la ciudadanía el día de los comicios, tienen un plan o una estrategia que brinde tranquilidad a los participantes.

Al menos, por lo que se sabe, en el gobierno no hay un mapa estatal de riesgos y mucho menos por distrito electoral, para focalizar los niveles de riesgo, si es que así lo consideran, y en consecuencia tomar las medidas preventivas para que al final los procesos electorales y las elecciones, transcurran como todos los hidalguenses deseamos: en paz, con tranquilidad y sin contratiempos.