Habitantes de la comunidad de Hidalgo Amajac, Veracruz, descubrieron una escultura femenina completa de casi dos metros de altura, dentro de un terreno citrícola.
Tras una inspección realizada por expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), se ratificó no solo que la pieza es prehispánica, sino que también es la primera de su tipo localizada en la cuenca del río Tuxpan, al sur de la huasteca veracruzana.
Una joven mujer de élite
De acuerdo con la investigadora del Centro INAH Veracruz, la arqueóloga María Eugenia Maldonado Vite, encargada de la inspección en campo, esta pieza representa a una joven mujer de élite.
“Posiblemente gobernante por su postura y atavíos, más que a una deidad como se han interpretado casi todas las esculturas huastecas femeninas, a las cuales se vincula con la diosa Tlazoltéotl”.
La figura está elaborada en roca caliza y mide 60 centímetros en su parte más ancha y alrededor de 25 centímetros de grosor. Su buen estado de conservación permite observar sus rasgos, así como su espiga, elemento que permitía contemplarla erguida.
Luce un rostro pequeño, ojos abiertos y huecos, “los cuales debieron estar rellenos con incrustaciones de obsidiana u otra piedra”.
En la representación se distingue un tocado alto, un collar al centro en el cual se aprecia un adorno en forma de gota, conocido como oyohualli; un torso ataviado con una camisa de mangas largas y una larga falda que llega hasta los tobillos y revela el par de pies desnudos.
Dada su ubicación geográfica entre los sitios arqueológicos de Tochpan (Tuxpan) y Castillo de Teayo, señala el INAH, la pieza está ligada a la tradición escultórica y a la cultura Huasteca, lo que la colocaría temporalmente hacia el Posclásico Tardío (1450-1521 d.C.).
Por el momento, la escultura de la joven de Hidalgo Amajac permanece bajo resguardo de los propietarios del terreno citrícola en el cual fue descubierta.
Se dialogará entre el INAH y las partes interesadas para definir su emplazamiento futuro.