Natividad Castrejón

PRIMER DEBATE 

Escribo estas líneas a unas cuantas horas de que se lleve a cabo el primer debate entre los cuatro candidatos a la gobernatura del Estado de Hidalgo; el encuentro es organizado por la autoridad electoral y se espera que el ejercicio sea de interés para un buen porcentaje de ciudadanos. 

Para este momento del proceso electoral ya se consumió el 25% del tiempo de campaña, los candidatos y sus equipos han ido dejando ver su estrategia y las tácticas que emplearán buscando obtener la victoria. La candidata de PRI- PAN- PRD, Carolina Viggiano, busca separarse del desprestigio que arrastra su partido, el PRI, obteniendo la candidatura a través del PAN, instituto al que siempre combatió. Su campaña inició con una gran desventaja documentada en una veintena de encuestas y palpable en sus eventos públicos; ella sabe que necesita crecer rápidamente y esto se ve entre otros temas en sus ataques al puntero y en la difusión de una batería de propuestas de todo tipo, muchas de ellas improbables de realizar pero que buscan convencer a algunos indecisos, sin embargo, a pesar de su esfuerzo, las encuestas no se han movido, sus números siguen siendo similares a los que marcaban al inicio de la contienda. 

Por su parte Julio Menchaca candidato común de Morena, Nueva alianza y el Partido del Trabajo inició con tres grandes ventajas: la amplia aceptación de que goza el Presidente Andrés Manuel López Obrador, la intención de voto que tiene Morena y su propio prestigio que hace que sectores que no comulgan con la auto llamada cuarta transformación se acerquen al proyecto por su afinidad con el candidato. Las encuestas le dan una amplia ventaja, un 24% en promedio de acuerdo al registro que lleva la empresa “encuesta de encuestas”. Viggiano ya no puede descalificar las encuestas, el conflicto que su coordinador de campaña generó con el sector empresarial, al llamarlos “una mafia” luego de que publicaron un estudio que favorecía ampliamente a Menchaca, ya tuvo sus costos: los empresarios han cerrado filas y en amplia mayoría se vienen pronunciando a favor del candidato de “Juntos Haremos Historia”. Aun no cerraba esta confrontación cuando vinieron los periódicos de circulación nacional: Reforma, el Universal, el Economista entre otros, a confirmar lo que se vive y se siente en todas las regiones del Estado: si hoy fueran las elecciones Julio le ganaría a Carolina dos a uno. 

A mí me gustaría que en este debate los ciudadanos escucharan propuestas de los candidatos, pero sobre todo cómo le harían para resolver o paliar los graves problemas que viven cientos de miles de familias; quisiera que los votantes sientan que a los candidatos les preocupa su realidad concreta, sus necesidades, aspiraciones, deseos, sueños y anhelos. Que la política está al servicio de ellos y no al revés. 

Sin embargo, los antecedentes me dicen que será un debate ríspido, que la candidata del PRI-PAN-PRD querrá arrebatar unos puntos al puntero recurriendo al ataque y descalificación personal, que intentará utilizar su condición de mujer para sugerir que es una víctima permanente de violencia de género. De Francisco Xavier espero una buena dosis del histrionismo y cinismo político que le caracterizan, estoy casi seguro que se lanzará con verdades a medias y con francas mentiras contra Julio Menchaca, su apuesta es atraer algunos reflectores a su fallida campaña que está atascada en un 5% de las preferencias electorales y que desde mi punto de vista nació muerta, de Julio Menchaca espero un mensaje de serenidad, de madurez personal y política y si responde a los ataques que lo haga de una manera contundente, con pruebas y datos que ubiquen a cada cual en su lugar. 

Más allá de la candidata y los candidatos, yo estoy convencido de que los hidalguenses tenemos una gran reserva emocional, espiritual y comunitaria. Somos un estado con un potencial humano muy fuerte y aún hay muchas posibilidades por concretar; tenemos mucho por construir, podemos buscar caminos diferentes y otras alternativas a las que hemos transitado alguna vez y si lo hacemos con orden, con generosidad y sentido de trascendencia podemos darle cauce a la esperanza y seguir construyendo un futuro que nos abrace a todos. 


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