Intempestivos, inesperados realmente, los señalamientos contra el dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, y, sin resplandores de violencia, la fractura de quien encabeza al PAN en Hidalgo, Cornelio García Villanueva, y el grupo que lidera Asael Hernández Cerón.
En el primero, militantes del Revolucionario Institucional bloquearon las instalaciones del Comité Ejecutivo Nacional del de su partido, en la Ciudad de México, exigiendo la renuncia de Moreno Cárdenas.
Este movimiento fue encabezado, de acuerdo con un desplegado priista, por el ex gobernador de Oaxaca Ulises Ruiz y Nallely Gutiérrez.
Moreno Cárdenas fue acusado, entre otras supuestas malas conductas, de malversación de fondos en sus funciones como gobernador de Campeche.
En el documento, que apareció el jueves pasado, se anuncia que se han emprendido las denuncias legales correspondieres. Lo suscriben titulares de diversas organizaciones priistas en el país.
El mandatario estatal, Omar Fayad, directo, sin zigzagueos, se opuso a formas de dirimir situaciones internas del PRI, trastocando tranquilidad y orden públicos.
En tanto, el panista hidalguense, García Villanueva, se deslindó de quienes encabeza el diputado Asael Hernández.
Terso, propio en sus argumentos, se inclinó por “garantizar la vida interna del partido basado en sus valores y principios”.
Y también afirmó que su posición no representa una fractura del PAN Y que si Asael Hernández se postulara el próximo año para gobernador, lo estaría respaldando.
Ciertamente, esta vez caminos diferentes los del priismo y el panismo.
Cambios que sorprendieron
Dos remociones de funcionarios de primer nivel en el gobierno federal son aún comentadas, refiriéndose a que Andrés Manuel López Obrador no disculpa a quienes incumplen, aunque se trate de cercanos en sus afectos.
El primero fue, de hecho, el cese de Irma Eréndira Sandoval Ballesteros como secretaria de la Función Pública (SFP). El Presidente informó prácticamente de su despido, anunciando que Roberto Salcedo sería el titular.
Al parecer no le perdonaron sus acciones de laxa autoridad con el director de la CFE, Manuel Bartlett, cuando este no fue muy convincente en explicar y justificar el origen de 23 casas y 12 empresas acreditadas a su compañera -no está casado- y sus hijos.
Además de otras acciones semejantes, lo que pareció incomodar al tabasqueño es que Sandoval Ballesteros apoyó abiertamente a su hermano Pablo Amilcar, quien le disputó la candidatura por la gubernatura de Guerrero a Félix Salgado Macedonio, parner de toda la vida de AMLO.
La otra fue la impensable renuncia de Gabriel García Hernández, Coordinador de Programas Federales de la Presidencia, quien retornó a su escaño en el Senado, tras ser durante años y años compañero, amigo, correligionario del Ejecutivo federal.
Lo relevó Carlos Torres Gastón quien fungía como Secretario Técnico de la Presidencia.
Por eso, con entendible inquietud, ahora algunos funcionarios se preguntan: “¿Quién sigue?”.
Incógnita en el Congreso
Está en el tapete la iniciativa de reforma a la Ley Orgánica del Poder Legislativo hidalguense para que la Presidencia de la Junta de Gobierno la asuma por tres años el grupo parlamentario que cuente con mayoría absoluta en la Cámara, integrada por 18 legisladores de mayoría y 12 de representación proporcional.
La propuesta es de Víctor Guerrero, diputado morenista.
La otra alternativa es que esta posición se rolaría entre las tres mayorías.
No se olvida que en reciente pasado, la disputa en este sentido rebasó aseadas formas de conciliación entre los partidos, con sesiones acaloradas, ácidas, que llevaron a rompimientos inesperados, incluso personales.
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