Porcupine Tree muestra su virtuosismo sin distracciones

Imagina un concierto sin sacar el celular, sin compartir en redes en tiempo real tu felicidad de “escuchar y ver” a tu banda favorita. ¿Una locura? ¿Algo fuera de la actual época?

Pues Porcupine Tree logró que esto fuera una realidad en donde su música, virtuosismo, imágenes y juegos de luces se convirtieran en lo que debe de ser, el centro de atracción y disfrute de sus seguidores, quienes abarrotaron el Pepsi Center la noche de ayer para ver el regreso de una de las bandas de rock progresivo con más calidad que hay en el mundo.

Desde antes de entrar al recinto que acobija el World Trade Center y en las pantallas del mismo, se le pedía a los ahí presentes que no sacaran sus dispositivos para tomar fotos o videos, el objetivo por supuesto era envolver todos los sentidos del respetable en un show inmersivo.

En punto de las 20:30 horas se apagaron las luces, el escenario se iluminó para darle paso a Steven Wilson (líder y voz), Richard Barbieri (sintetizador), Gavin Harrison (batería) y Colin Edwin (bajo) quienes fueron recibidos con una ovación.

De inmediato los acordes de “Harridan” sonaron y el inicio del viaje arrancaba, ese mismo que los fans esperaron desde el 2010, fecha en la que anunciaron su desintegración y que 11 años después volvieran a retomar el curso musical.

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“Estamos muy felices de estar aquí, ha sido un largo tiempo y lo sabemos, pero les prometo que será un show largo”, dijo Wilson, quien cumplió con su palabra.

En las cinco pantallas, cuatro laterales y una gigante atrás de la banda, figuras geométricas, amaneceres, formas humanas, luces, estrellas aparecían mientras sonaba “Of the new day”, “Even Less” y “Drown white me”.

Estás imágenes fueron adentrando más y más a la experiencia de disfrutar un espectáculo en donde la música llenaba todos los espacios sensoriales, un disfrute sin distracción alguna, era regresar al tiempo en donde los conciertos se gozaban sin redes sociales.

Con “Dignity”, se mostraron imágenes de personas indigentes, de quienes viven en la calle, sucias, esperando algo, acostadas, sentadas, en las banquetas, que parecen que no existen, que son como manchas a nuestros ojos.

Entre las más coreadas y esperadas de la noche estuvieron “The Sound of Muzak”, “Fear of a Blank Planet” y no podía faltar la rola de denuncia ecológica por parte de la banda nacida en Hemel Hempstead, Reino Unido, “Last chance to Evacuate planet earth before it is recycled”.

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Tras interpretar “Chrimeras Wreck”, Porcupine Tree hizo un pequeño receso, para descansar y retomar con más bríos lo que sería la parte final del show, que en este momento uno que otro ya había guardado en su dispositivo, alguna rola para presumir que estuvo ahí, violando así la regla de la noche.

Los ingleses retomaron el control del viaje y su público mexicano se le entregó en cuerpo y alma con “Buying new soul”, “Walk the Planet”, “Sentimental”, en donde Wilson mostró sus dotes de musicales al dejar la guitarra y colocar su sentitizador.

“Ahora sí, cabrones estimulen el escroto” gritó alguien mientras que los músicos daban inicio a los que muchos consideran como su obra maestra “Anesthetize” y que fue el preámbulo para el adiós.

Entre tanta alegría por ver y escuchar a Porcupine Tree y el ir venir de cervezas no faltó el mala copa que tuvo que salir voluntariamente a fuerzas entre empujones y uno que otro “cariñito” por parte del personal de seguridad, quienes se defendieron tras los golpes que lanzaba el joven.

“Herd Culling” y “I Drive The Hearse”, dieron los últimos acordes de un show en donde los grandes ausentes fueron los celulares, pero el disfrute de todos los sentidos tuvo la mejor parte gracias al virtuosismo de Porcupine Tree, y que se le agradece inmensamente.