MIGUEL PÉREZ

Por todas las Nicole del País

Nicole tiene siete años. En las fotografías de su rostro Nicole muestra la inocencia de toda niña de su edad, con una sonrisa apenas perceptible en sus labios podría decirse que es un tanto tímida. Ella ya sufrió los estragos de la varicela, tanto que le quedó una pequeña marca en el pómulo derecho. Es delgada, mide un metro con 20 centímetros, sus ojos son café claro y su cabello es castaño claro llegándole a media espalda. Nicole es solo una niña, una mujer. Y quizá, en México, esa sea la desgracia de Nicole.

El martes de la semana pasada Nicole y dos amiguitos jugaban afuera de su casa. Hacía sol y los niños estaban sentados en el suelo bajo la sombra que les dispensaban las casas de la privada en la que viven. En la calle, salvo los niños no había nadie, si acaso algunos perros que olisqueaban aquí y allá, alguno se acercaba a ellos y se alejaba. En algún momento, un hombre llegó junto a los niños y les hizo plática. ¿Algún conocido?, aún no se sabe.

Lo cierto es que el hombre decidió sentarse junto a ellos. A la distancia podría tratarse de un momento como muchos que se viven en cualquier ciudad del país. Un adulto conviviendo con tres menores de edad. La diferencia en este caso es que tras varios minutos, dos hombres más llegan al lugar, uno de ellos un poco alejado, quizá vigilando que nadie vea lo que ocurrirá momentos después. El otro sale corriendo y desaparece de la escena con algo o alguien entre sus manos ¿es Nicole?

Lo oscuro de la escena, debido a la sombra en la que se encontraban los personajes descritos, y que fue captada por una cámara vecinal, no permiten precisar más detalles del momento. Incluso el video que circula en redes se corta ahí.

Pero Nicole desde ese momento está reportada como desaparecida. Suman ya siete días de que se le vio por última vez. La menor es originaria de uno de los municipios donde se ejerce mayor violencia de género en el estado de Hidalgo: Tizayuca, en la frontera con el Estado de México. En la entidad, el año pasado se reportaron oficialmente 49 casos de muertes violentas de mujeres, y de ellos el lugar de donde es Nicole concentró la mayor estadística. 

Muy seguramente en su corta vida Nicole no sepa la diferencia que hay entre liberales y conservadores. En su inocencia quizá ni siquiera entienda de partidos políticos e ideologías. Su mundo es su familia y sus amigos, con los que debería de estar en estos momentos. Nicole es quizá la más reciente víctima de lo que México ha padecido desde hace muchos años: la sistemática agresión al género femenino. 

Por ella y por las miles de mujeres víctimas de acoso, violencia, maltrato, vejación, violación y muerte, todos, absolutamente todos debemos lanzar un ¡Ya chole! Poner fin a la violencia de género esa sí es una obligación del Estado mexicano, de los gobiernos estatales y municipales, no importa el color que representen. 

También es su obligación dar con el paradero de Nicole y de las miles de mujeres desaparecidas en el País y castigar de manera ejemplar a los responsables de esa violencia. Todo lo demás son palabras huecas que no llenan el vacío que han dejado las miles de Nicole que hay en México.

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