Apenas 200 kilómetros separan a Dorset de Cornwall (allá en el sur inglés) y no imagino un mejor trayecto para escuchar I Inside The Old Year Dying, el nuevo disco de PJ Harvey, nacida precisamente en la primera ciudad mencionada; podría ser el viaje ideal para dejar sonar y repetir 12 canciones que tienen que ver con fantasías góticas -tan abundantes en la región- y una variante británica del realismo mágico que puede evocar a la Biblia y Elvis Presley en un mismo plano.
Se trata de un disco lóbrego, arisco y áspero, como le gusta ahora la música a Polly Jean y al momento de evocar historias del pasado a través de un alter ego. Y es que el álbum -el primero en siete años- surge del libro de poesía que publicó el año pasado y que lleva por título Orlam (aún inédito en español).
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En esa obra en verso la protagonista es Ira-Abel Rawles, una chica que vive en un pueblo imaginario al que nombra Underwhelem y que es un trasunto de su natal Dorset; en aquel sitio vive Ira-Abel, quien se encuentra en el complejo trance de pasar de la infancia a la adolescencia… la idea es plasmar ese complejo periplo existencial, primero en texto y ahora en canciones.
La base narrativa de I Inside The Old Year Dying (Partisan Records, 2023) es el libro, pues basta mencionar que once de los doce poemas han sido transformados para aflorar como letras de un cancionero lleno de misterio e intimidad a partes iguales, lo que emana desde la inicial “Prayer at the Gate” a la conclusión con “A Noiseless Noise”, que provoca un cierre estruendoso y marcial.
Una vez más ha integrado un sólido tándem creativo de producción al lado de Flood y John Parish, que entienden que PJ busca dejar los temas en la estructura justa y que nada esté de más. Siempre van en favor de la contención y la precisión para dejar que sea el flujo vocal lo que provoque una amplia gama de emociones, que van desde la reflexión a la furia.
En su décimo álbum, el que toma el relevo de The Hope Six Demolition Project (2016), se da tiempo para recurrir a un antiguo dialecto de Dorset y a la vez soltar ciertas referencias a Shakespeare; Polly Jean a sus 53 años ya no desea hacer ningún tipo de concesión a la industria y se decanta sobre una obra madura, rigurosa y muy sobria.
A estas alturas del camino, dejemos a su música en rock sin alguna otra etiqueta añadida; en I Inside The Old Year Dying escuchamos metales, grabaciones de campo, loops sinuosos, blues narcótico, guitarras rocosas, sonidos de aves, mientras las letras se acuerdan de Juan de Arco y el poeta Coleridge.
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PJ Harvey se mantiene encerrando al escucha en su mundo y desvelándole historias de un pasado que incluye a una provincia lóbrega y mucho de una cultura popular llena de ficción y simbolismos.
Una vez más ha logrado su cometido: “Definitivamente esperaba poder estar en todas las épocas y en ninguna al mismo tiempo”. ¡Que grande eres PJ Harvey!
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