Una nueva supertierra, que orbita una estrella algo más fría que nuestro Sol a 218 años luz de distancia, tiene características físicas en la zona de transición entre planetas rocosos y gaseosos.
El hallazgo de TOI-512 b se produjo combinando los datos del telescopio espacial TESS de la NASA y el espectrógrafo ESPRESSO, considerado el más preciso del mundo, que está instalado en el VLT (Very Large Telescope) del ESO (European Southern Observatory), en Chile.
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En nuestro sistema solar, los planetas rocosos más grandes son la Tierra y Venus. Los planetas gaseosos más pequeños son Urano y Neptuno, con masas 14,5 y 17,1 veces superiores a la de la Tierra, respectivamente. No existe ningún planeta con una masa entre la de la Tierra y la de Urano. Sin embargo, el análisis de la población de exoplanetas muestra que los planetas con masas entre 3 y 10 veces la de la Tierra se encuentran entre los más abundantes de nuestra galaxia. Debido a la falta de conocimiento sobre su verdadera naturaleza, los llamamos supertierras cuando su densidad es cercana a la de la Tierra (probablemente sean rocosos), o minineptunos cuando su densidad es cercana a la de Neptuno (probablemente sean gaseosos).
Un cubo de 1 cm de material de TOI-512 b pesa 5,62 gramos, cerca del peso de la Tierra (5,51 gramos). Por lo tanto, es una supertierra, con una masa 3,5 veces mayor que la de la Tierra y un radio 1,5 veces mayor. Orbita su estrella de tipo K, ligeramente más fría (5.000 grados Celsius) que nuestro Sol, en poco más de 7 días terrestres. Estas características físicas sitúan a TOI-512 b en la zona de transición entre planetas rocosos y gaseosos, entre la población de exoplanetas.
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“La precisión de ESPRESSO ha sido crucial para caracterizar la composición de TOI-512 b. Es una pequeña adición a la ya larga lista de planetas conocidos, pero estos descubrimientos son esenciales para mejorar nuestra comprensión de los mecanismos de formación y evolución planetaria. Se necesitarán muchos más para convertir nuestras hipótesis en certezas científicas”, concluye en un comunicado José Rodrigues, estudiante de doctorado del Instituto de Astrofísica de Oporto y primer autor del descubrimiento.
Por: Europa Press

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