“Nada… no voy a producir, tampoco quiero pensar en que la vida se acaba, me cansé de ese ensayo filosófico que leo ávidamente desde hace una semana, ya no siento emoción, soy como un molusco en su caparazón… hoy no voy a hacer nada”.
Se trata de una parte de la segunda canción de Nueva sinfonía sobre el caos, el quinto álbum del grupo español León Benavente; “Nada” es una pieza que posee, además, un bajo que es un franco homenaje a New Order, al tiempo que se apuntala como una amarga queja de la vida durante el Covid 19 y en el que tener que centrar la convivencia y el disfrute a través de la computadora.
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Aún así el protagoniza se muestra harto de casi todo y además tiene resaca pues bailó y reventó hasta el amanecer para luego levantarse sintiéndose jodidamente mayor. Habrá que recordar que el año próximo su compositor, Abraham Boba, cumplirá 50 años, pero ya está sumido en esa tremenda cruda cronológica (¡Y no sabe lo que le espera!).
Por lo pronto no quiere ver series, películas y noticieros… está fastidiado del amor y el sexo egoísta ¡Vaya proclama generacional! Uno incluso hubiera pensado que Abraham Boba era mucho mayor, a juzgar por el cabello completamente cano, al igual que la barba. ¿Cuántas veces nos despertamos con ganas de dinamitar al mundo entero?
Y sus compañeros Eduardo Baos, Luis Rodríguez y César Verdú deben tener casi la misma edad, por lo que no les debe costar identificarse con ese himno para andar de bajón, como también queda en claro que comparten el gusto por LCD Soundsytem -desde el presente- y el Krautrock -evocando el pasado-… influencias claves para entender a esta Nueva sinfonía sobre el caos, en la que también cabe un “Baile existencialista” -agitado y nervioso, que convoca a no pensar-.
Esta vez León Benavente ya no cuentan con el cobijo de una compañía trasnacional, han creado su propio sello y convocado a Martí Perarnau IV, ex miembro del grupo Mucho y experto en la electrónica dura, quien les ayudó con la producción para obtener un registro algo distinto del sonido indie rock tan guitarrero que les caracteriza.
Me atrae mucho que se trate de rockeros de la mediana edad que no ocultan sus quejas y cabreos, tal como ocurre en “A la moda”, que da cuenta del desfase en el que viven y en la que además sueltan frases que son una joya como: “Cada vez tengo más claro que un teléfono apagado es lo mejor para ser feliz” y en que también declaran que no son el Titanic para hundirse a la primera.
Al repasar las 10 canciones que conforman al disco, uno no puede sino acordarse del inmenso rumano Emile Cioran cuando dice: “Podemos estar orgullosos de lo que hemos hecho, pero deberíamos estarlo mucho más de lo que no hemos hecho. Ese orgullo está por inventar”.
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Todo es cuestión de tomar postura y los León Benavente lo hacen, ya sea para insistir en “A la moda”: “Y si dejo de gustarte, y si ahora no te gusto, ¿qué te puedo decir? ¡Que te jodan!” o bien: “¿Cómo hemos pasado de algo auténtico a algo completamente artificial?”, en voz de Cristina Martínez de El Columpio Asesino, que los acompaña en “Qué cruel”.
Nueva sinfonía sobre el caos es un disco que no huye a la pelea… que increpa, que sacude conciencias, mientras la música nos conduce al hedonismo de las noches eternas… puede que no seamos los mismos y que la vida amenaza con derrotarnos, pero estamos dispuestos a ofrecer pelea… que jamás se acabe la fiesta de los viejos rockeros.
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