Si hay algo político que hemos planteado las feministas: es precisamente el lenguaje, lo que no se nombra no existe, por eso la reivindicación de que en estas fechas se nombre a las mujeres que formaron parte de la independencia de nuestro país, y me alegra cada vez más que se escuchan sus nombres para que no queden en el olvido y la desmemoria que las mujeres hemos estado en los procesos sociales y las luchas históricas.
Por eso no dejemos de nombrar, escuchar y acompañar a las heroínas de este momento: las madres, tías, hermanas, familias buscadoras de sus seres queridos personas desaparecidas que este pasado 15 de septiembre realizaron un acción en el peor “monumento” que ha sido erigido recientemente La Estela de Luz, ubicada en la Ciudad de México que fue construido durante el gobierno de Felipe Calderón para conmemorar el bicentenario de la independencia pero que al paso de los años se ha considerado el monumento a la corrupción ya que se programó que costaría 398 millones de pesos y terminó en mil 304 millones de pesos además de tardar 15 meses más en terminarse de lo que estaba planeado. En ese monumento del expresidente Felipe Calderón que militarizó a nuestro país es hasta donde el colectivo guanajuatense. Hasta encontrarte junto con otras mujeres buscadoras iniciaron la escalada de más de 100 metros de altura para desplegar una manta para visibilizar su causa y fijar su postura sobre las últimas reformas sobre la militarización del país.
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Desafortunadamente, como en otras ocasiones han sucedido dos cosas: intentar desprestigiar la causa sobre todo de hombres identificados como de la 4T como si las mujeres de esos colectivos no tuvieran autonomía de sus decisiones y acciones; la otra ha sido de quienes han querido protagonizar una lucha (que no es la suya) para seguir golpeando al gobierno actual, cuando lo podríamos hacer además de escuchar es apoyar desde otro lugar por ejemplo con donaciones económicas que tanta falta hacen porque las mujeres que buscan se quedan sin trabajo por seguir días, semanas y años caminando buscando una señal para que muchas veces con sus propias manos se ponen a excavar y llevan los restos a las autoridades para saber si pertenecen a su familiar.
Además de Justicia y Verdad, siempre se menciona a la Memoria: nombrar para no olvidar por eso recomiendo dos libros: el de Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Nuevo León (FUNDENL) una organización que tiene mucho años en Nuevo León trabajando este tema La presencia de la ausencia, que tiene 14 historias de personas desaparecidas y sus familias, el segundo realizado por la asociación civil Familias Unidas en la Búsqueda y Localización de Personas Desaparecidas de Coahuila, Historias que no pedimos que hablan de los recuerdos con sus familiares y las vivencias de ese evento tan traumático.
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Aunque lo que ocurre en Hidalgo sobre el tema de las personas desaparecidas está en un contexto distinto a lo que ocurre en el norte del país o del Bajío incluso del cercano vecino Estado de México, es necesario que ya se tenga una persona titular de esa Comisión de Búsqueda de Personas en nuestro estado y que el legislativo emita la convocatoria para designar a las personas integrantes del Consejo Estatal Ciudadano, además se está a tiempo para poder designar presupuesto para la operación de esta institución.