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A 35 años de haber perdido a su hija en el parto y quedar estéril por una mala práctica obstétrica, Carmen Rincón acepta que no podía quedar indiferente y, “sin llorar, aunque todavía a veces me quiebro”, acepta que se ha avanzado en la atención, pero falta mucho por hacer.
Y sigue la expresión “para qué” más que el “por qué” le ocurrió y trabaja desde 1988, fecha en que se dio la primera marcha feminista para defender los derechos reproductivos de las mujeres en Pachuca y ha logrado que se denomine “violencia obstétrica” en la Ley por una vida libre sin violencia hacia las mujeres.
Acepta: “No quedamos indiferentes, es un dolor con el que me voy a quedar siempre. Trabajo en cambiar una cultura de prevención; estamos trazando una ruta de atención y denuncia de mujeres en violencia, señalar por dónde las mujeres tienen que transitar para demandar. Estamos haciendo ciudadanía”.
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Y se contesta ¿para qué utilizo lo ocurrido? “Para dar vida a mis dos hijos Estelí y Emiliano, para reafirmar relación de cariño y amistad entre José Luis (su esposo), y seguir sembrando otra forma de relación médico- paciente”.
“Trabajo para quienes vienen atrás, como mi nieta Victoria, para que cuando ella decida, si decide dar vida, que la maternidad sea placentera en el aspecto de la atención médica, para que las Victorias que vienen no tengan que pasar por lo que desafortunadamente vivimos José Luis y yo, las mujeres de mi familia”. Y apunta “Que no haya más violencia obstétrica”.
En 1987 sufrió violencia obstétrica
Carmen Rincón tenía 27 años de edad cuando de su primer embarazo hubo una mala práctica médica. Su primera hija murió y de ese parto quedó estéril. A raíz de eso, el 27 de noviembre de 1987, en Pachuca inició una denuncia que más tarde se llamó violencia obstétrica o violación a los derechos reproductivos. Fue el primer juicio que se ganó en el país y quedó denominado como violencia de derechos reproductivos.
Señala que no hubiera podido ganar esa denuncia sin el apoyo de las mujeres en su familia. Así que fundó el primer grupo de mujeres llamado “Cihuatl”, para luchar por las mujeres y al año siguiente, el 4 de febrero de 1988 realizó la primera marcha.
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Recuerda en la entrevista: “y la primera periodista que se volteó a mirar esto a nivel local fuiste tú, Aída Suárez, cuando trabajabas en El Sol de Hidalgo. Por eso siempre mi gratitud porque tu sin conocerme lograste publicar un desplegado con lo que se logró impulsar las 72 horas para apoyar el juicio Hacia el médico”.
En ese momento exigieron lo que años después, en 2016, se publicó en el libro “Justicia para Carmen” escrito por la periodista Elvira Hernández Carballido.
Lo cierto es que… Han sido 35 años por reivindicar los derechos reproductivos de las mujeres, para generar otro trato entre hombres y mujeres. Carmen Rincón es lo hace valor con su propia historia.
Twitter@AidaSUarezCh