Nadie (y todos) hablan de El club de la pelea

La primera regla de El club de la pelea es que nadie habla de El club de la pelea… misma que ahora se quebranta, pues el 15 de octubre de 1999 se estrenaba su versión a película, dirigida por David Fincher -en aquel entonces su cuarta-, protagonizada por Brad Pitt, Edward Norton y Helena Bonhan Carter; a la postre convertido en un filme de culto reverenciado por varias generaciones.

A propósito del acontecimiento cinematográfico, Random House ha lanzado una edición conmemorativa de una novela que en inglés Chuck Palahniuk publicara por vez primera en 1996 y que posteriormente pudo ser leída en español mediante las traducciones de El Aleph en 1999 y de Mondadori en 2010.

El anecdotario alrededor de una novela, que se convirtió en un fenómeno ligado a la rebeldía, la anarquía y la contracultura, refiere que existió una primera entrega como un cuento de 7 cuartillas de extensión, que luego se convertiría en el capítulo 6, y que también incluye qu durante las tres primeras fechas de promoción no llegaron más de tres personas a cada una; pero el reguero de pólvora no tardaría por encenderse y provocar una explosión socio-cultural de efectos considerables.

El hecho de plantear la existencia de un circuito clandestino de peleas a puño limpio provocó el morbo mediático y Chuck fue asediado para que confesara que aquello procedía de la realidad y que no era un tema producido por el ejercicio de la ficción. Por otra parte, se encontraba con el atractivo de mostrar a una especie de guerrilla anti-capitalista que operaba a distintos niveles buscando subvertir el orden y afectar a la burguesía.

A más de 25 años de distancia de su adaptación cinematográfica, la novela, escrita durante el tiempo libre del autor mientras trabajaba para Freightliner y por la que recibiera un anticipo de apenas 6 mil dólares (una cifra ridícula para el mercado norteamericano) conserva su beligerancia y poder de seducción, por lo que sigue consiguiendo nuevos lectores; se trata de un long-seller en toda regla.

Con el fin de sumarse a la conmemoración cinéfila, se preparó esta edición que incluye una entrevista realizada por el escritor mexicano Julián Herbert y un texto introductorio de parte del propio autor. En el texto del primero, se lee un planteamiento muy interesante: “Cuando apareció El club de la pelea, se le situó como novela emblemática de la Generación X. Noto en las dos novelas gráficas que amplían la saga una deliberada vocación por contradecir esa descripción, retratando a Tyler Durden como una suerte de arquetipo: una figura que ha vivido en la psique de los padres y los hijos…”.

Tal parece que Tyler Durden es un monstruo y un dandy que vive en nuestras cabezas y alimenta el anhelo de dinamitar al sistema imperante… sabotearlo de todas las maneras que se pueda para al final mandarlo todo a la mierda… -en modo alguno parece una mala recomendación-.

Mientras que en el texto Había una vez un libro, firmado por el propio Palahniuk, se anota: “En realidad, lo que yo estaba escribiendo no era más que El gran Gatsby un poco actualizado. Era narrativa “apostólica”, donde un apóstol que sobrevive cuenta la historia de su héroe. Hay dos hombres y una mujer. Y a uno de los hombres, al héroe, lo matan de un tiro”.

Para luego encaminarse al cierre de forma contundente: “Siempre ha habido clubes de la pelea, dicen. Y siempre habrá clubes de la pelea. Los meseros siempre se mearán en la sopa. La gente siempre se enamorará…

Pero ésta es la primera regla del club de la pelea: No hay nada que se le pueda ocurrir a un don nadie de clase obrera de Oregón que ha ido a la escuela pública que no haya hecho ya un millón de billones de personas”.

Chuck Palahniuk siendo humilde, aún cuando desde hace años es toda una celebridad literaria.