Mujeres rebeldes que encaran y desafían las viejas costumbres

Claudia Duclaud debuta en el mundo de la literatura con su libro La hija del fotógrafo, editorial Harper Collins, una novela donde las imágenes se incrustan en la mente del lector y lo invitan a reflexionar sobre los prejuicios que, a pesar de las décadas, aún persisten en la sociedad mexicana.

Heredera de la pasión por capturar imágenes desde hace generaciones, Duclaud tomó este hilo conductor para narrar la vida de mujeres rebeldes o sumisas, mexicanas, pero todas dejan un rastro en la memoria de quienes se involucran en estos textos, pues remiten a experiencias y recuerdos propios.

Añoranzas del México del ferrocarril, de los años de la época dorada del cine, de los primeros televisores en blanco y negro y el salto a la rebeldía de los 70.

“Las mujeres de mi libro tienen distintas personalidades, unas rebeldes, otras más son sumisas y se resignan, pero hay un par de ellas que tienen una personalidad un poco más fuerte, que desafían a la sociedad que critica.

“La primera parte es narrada por una tercera persona, pero lo demás toma voz Julia, una chica nacida en una familia de fotógrafos y quien derrota los prejuicios culturales de la sociedad donde creció.

“Como mujeres nos identificamos, porque vemos a una chica rebelde que rompe los esquemas impuestos por la sociedad machista mexicana, todo esto es a través de varias generaciones de una familia”, responde la autora.

Recorrer estas páginas es viajar en imágenes, ver aquellos negativos que se debían revelar en cuartos oscuros, daguerrotipos o fotografías en color sepia y blanco y negro para rematar en otras imágenes tomadas con cámaras instantáneas.

Claudia Duclaud escribe y detalla épocas, por momentos el libro parece una película donde podemos recrear las calles de la Ciudad de México, esas banquetas y tiendas del Centro, donde predominan la Catedral, el Zócalo y Palacio Nacional.

“Qué vemos en La hija del fotógrafo, la historia que comienza con el bisabuelo que deja todo para huir a Europa, llega al Puerto de Veracruz escapando de un problema.

“Cuando está a punto de embarcarse se le acerca un merolico vendiendo un aparato que lo impresiona, el hombre le enseña cómo se queda grabada una imagen. Él se impacta con la cámara, lo atrapa y su plan de huir se cae porque se gasta todo lo que tenía para comprar esa cámara fotográfica”, relata la escritora.

Seguir contando sería revelar mucho, por ello Claudia deja la trama y retoma su propia novela.

Su experiencia al escribir esta obra la resalta, meditar sobre los estereotipos, las costumbres que imponen la autoridad del varón sobre la sumisión de la mujer en México.

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“Rechazar los estándares, que el hombre es el jefe de familia, que la mujer pasa a segundo plano, no, por eso mi personaje, Julia, es la que va narrando cómo se opone a todo esto”.

Julia se casa sin estar enamorada, es infiel y eso le acarrea problemas que casi le cuestan la vida, pero a través del tiempo y tras pasar por diversas situaciones encuentra su estabilidad.

Duclaud se identifica con ciertos aspectos de su personaje, las cámaras fotográficas son esenciales en sus vidas y lo recalca.

Para la autora, publicar esta novela, la primera de las que espera sean más, es como haber gestado a un hijo, un sentimiento de emoción y nervios.

“Es parecido porque esperas mucho para verlos, para, por fin, tenerlos en tus manos y sentirlos tan tuyos. Esperas meses para ver el fruto de tu paciencia, de tu trabajo.

“Lo escribí porque sentía esa necesidad, sentía que quería contar muchos sentimientos, de alguna manera expresar de lo que tal vez no estoy de acuerdo y levantar la voz y qué mejor manera que hacerlo por medio de una novela donde hombres y mujeres valoren a cada uno”, respondió.

“Fue una intención de exhibir frente al lector todos estos temores y prejuicios que caen sobre las mujeres de nuestra sociedad mexicana, pero al mismo tiempo plantear una fórmula para encarar todas estas situaciones sociales”.

Es el primer paso para ella, la editorial Harper Collins le abrió las puertas y apostó bien por una nueva escritora, ahora ya se cocina algo más, aunque Claudia no suelta prenda tan fácil.

“Ya estamos preparando el segundo libro, bien ya en camino y está todo en proceso. Estoy contenta con esta etapa de mi vida y con lo que viene”, mencionó.

Se emociona y sonríe cuando se le plantea que La hija del fotógrafo bien podría inspirar una película o una serie, que ahora están de moda, ya que este libro es demasiado visual.

“Sería estupendo, ojalá y se concrete, que llegue a las manos correctas. Los lectores me han escrito y me animan, me señalan que se han identificado mucho con algunos personajes, que les traen recuerdos de su abuelita o sus padres.
“Es lo que buscamos, darle al lector esa vía para reflexionar, para recordar, para aprender”, manifestó.

Por Alejandro Baillet


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