Mientras no lo ordene aquel

El movimiento iniciado en el Instituto de Artes de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) por un amplio sector del alumnado encendió las luces ámbar en las torres de rectoría donde su encargado Octavio Castillo Acosta se encuentra entre la espada y la pared y porque no hay instrucciones de Gerardo Sosa Castelán de dar marcha atrás al nombramiento de la directora María Teresa Paulin Ríos.

ProtestArte, les pareció insignificante, trataron de apagarlo no sólo cortando la energía eléctrica a quienes permanecía al interior las instalaciones universitarias en Real del Monte, también con amagos de las malas replicas porriles del ahora Consejo Estudiantil Universitario del Estado de Hidalgo (CEUEH) que de inmediato fueron descalificados por los alumnos del instituto, porque no los representa.

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Las manifestaciones en el cierre de la Feria Universitaria del Libro y las que celebraron previas al mensaje por el informe de gobierno, provocaron que Castillo Acosta acudiera, aunque tarde al evento en Plaza Juárez, minutos después de que se fueran los alumnos, aunque su rostro reflejaba preocupación como para enviar una señal de que no pasa nada en la UAEH.

Cuando la instrucción es que no hubiera presencia oficial universitaria tanto que las dos diputadas federales del Clan Sosa no acudieron al informe y sólo buscaron estrechar la mano del gobernador el ex rector Humberto Augusto Veras Godoy y el ex diputado local Rafael Garnica Alonso, seguro como parte del doble juego que acostumbra jugar Gerardo Sosa.

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El temor es que este movimiento se traslade a otros institutos y empiece a “contaminarse” la comunidad estudiantil universitaria porque hoy no tienen instrumentos efectivos de control como los del grupo encabezado por Sosa Castelán y como lo dijo un funcionario universitario, Paulin Ríos, no será removida “Mientras no lo diga aquel”, aunque el costo sea más alto del que espera el Clan Universitario, porque los integrantes de ProtestArte, no desistirán, aunque las autoridades universitarias condicionan que las negociaciones sean a puerta cerrada.