Sue Zurita es una joven escritora mexicana que sorprendió a las editoriales al convertirse en un fenómeno de ventas y ahora ya conquista a los lectores con su segunda novela, Aquellos días, del sello Grijalbo.
Este libro no es autobiográfico; sin embargo, hay rasgos de la infancia de Sue que se reflejan en Abigail, el personaje principal, una niña de 13 años que tras la muerte de su padre se muda, junto con su madre, a una hacienda chocolatera en Tabasco, durante la década de los 80.
Sí, en el sur de México, esa zona que la mayoría la relaciona con la pobreza, pero Zurita la retrata con pasión, sabor y sonido.
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“Sí, es bueno hablar del sur de México, de la riqueza, tradiciones, tanto de alimentos como de la cultura, hasta las frutas. La idea justamente es transmitir la esencia de lo que es Tabasco, Chiapas, la selva y todo lo que nos rodea y justamente porque estos dos personajes vienen del norte de México, que también es una belleza diferente, y para Abigail y su madre es un choque cultural porque encuentran diferentes modismos, distintos alimentos, tradiciones e incluso diferente música.
“Cuando quería yo escribir el libro me centré en una cosa, cuando yo era pequeña, viví ciertas situaciones bastante difíciles con mis hermanos, que somos cinco en total. Éramos una pandilla, entonces teníamos una gran imaginación y nos pasaban muchas cosas, aventuras que parecían casi mágicas. Hay una escena en el libro, sin hacer spoiler, ellos van sin dinero y sin haber comido a la feria del pueblo, solo a cotorrear, y entonces se encuentran un señor que resulta ser el dueño de todos los juegos y les invita a subirse, esa anécdota yo la viví”, recuerda la autora.
Aquellos días habla también sobre la pérdida de un ser querido, del duelo desde la perspectiva de una niña, como de su madre.
Sue señaló anteriormente el choque cultural de ambas, llegan a una región en un contexto diferente, al haber estado antes en Coahuila y luego en Tabasco, del desierto al bosque.
Abigail y su mamá conocen a otros niños y otras personas que han tenido otras pérdidas y que, a pesar de la partida de un ser querido, se puede volver a sonreír y amar, señala la autora.
“El duelo cada persona lo vive de manera diferente, pero sí hay necesidad de encontrar un círculo seguro, de familia y amigos”, agrega.
Zurita destaca los viajes constantes en su vida, más en la actualidad al presentar sus obras en distintas ciudades.
De ahí que en esta novela también retome el tema de la migración dentro de un mismo país.
“Es uno de los temas constantes en mis obras, pues he cambiado de ciudad en diferentes momentos de mi vida. Yo siempre he sido más hoja que raíz, pero sigo siendo parte del mismo árbol, pues cuando uno migra no necesariamente deja el lugar de donde viene”.
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La ficción es el género que Zurita abraza y más por la historia que cuenta. Da un recorrido por las raíces de muchos lectores, quienes de seguro recuerdan su infancia.
“Quería compartir esa parte de que he viajado a lo largo del país con mis libros presentándolos en diferentes lugares y cada vez que llego a un lugar no me dejo de asombrar de la riqueza que tenemos de norte a sur.
“Entonces a partir de esas pequeñas experiencias quiero contar una historia sobre la infancia, entonces los personajes todos son ficción, pero es inevitable, como autora, no dejar algo de mí en estas historias; nos tocaba visitar a la abuela en el pueblo, los tíos, la música, la parte de las leyendas está inspirada en cuando llegas a la casa del abuelo y siempre hay alguien que te dice que se lo llevó el duende, eso al menos en el sur de México”.
Sue goza su libro, los recuerdos de sus viajes y lo esencial, representar a un México pacífico, con esa vida provinciana y con la que muchos sueñan.
“Son esos pequeños momentos que alegran ahora con tanta violencia, tanta inseguridad, todo lo que vivimos diariamente y yo quería enfocarme en una novela con esperanza y que hablara de esos personajes bonitos que te abrazan en el momento en que más lo necesitas y cómo puedes llegar a hermanar con alguien que no es de tu familia, que no es de tu sangre, pero que se puede volver un hermano, una madre, un padre y cómo las familias se forman, aunque no sean de sangre.
“Entonces sí quería enfocarme en un México bonito que yo creo que existe, que aún vive y que tenemos que seguir luchando para que siga a pesar de todas las cosas que vivimos en el presente”.
La joven se impregna de diferentes autores, se refleja su escritura en aquellos genios del realismo mágico y ella los invoca, los recuerda y agradece las horas de lectura.
“Mis más grandes referentes son todos los escritores latinoamericanos del boom latinoamericano y yo nací en el 85. Me tocó crecer con los libros más emblemáticos del realismo mágico, de Gabriel García Márquez, Isabel Allende, Laura Esquivel, Ángeles Mastreta, también me enamoré de la obra de Juan Rulfo.
“Entonces todos estos autores son un gran referente para mí como autora y creo que aún puedo contar muchísimas historias; además, estoy creciendo también como escritora y me siento afortunada por la gran comunidad de lectores que tengo y mi mayor orgullo como escritora es crear nuevos lectores, mi literatura es bastante ligera, yo creo que cualquier persona la puede leer y puede sentirse identificado”.
La escritora es un ejemplo de cómo ha cambiado la forma de llegar a más lectores, pues ella señala que las redes sociales son su mejor aliado.
“Tengo la gran fortuna de crear nuevos lectores y uso las redes sociales como un medio para comunicarme con las personas, darles a conocer mis libros, de qué tratan, compartirles frases y ya de ahí, bueno, pues al final dicen ‘se me antoja leer este libro’.
“Entonces así es como me siento muy orgullosa de este trabajo, sobre todo en la parte donde me toca conocer a alguien que me dice ‘es que yo no leo, pero tu libro se me antojó’ o ‘es que este es el primer libro que compro en mi vida’. Y que me lo diga una señora de 40 años, un señor de 50 años me parece maravilloso. Me siento muy halagada, que hayan elegido mi libro para que sea su primer acercamiento con los libros, con la lectura impresa”.
Sue Zurita resalta que su obra es una invitación a sentirnos orgullosos de México, de sus tradiciones y de la familia.