No están entre nuestras tradiciones la escritura y publicación de los testimonios personales llamados memorias donde relatan sus vivencias, experiencias y creencias, quienes transitaron por la vida pública, particularmente la clase política. No es de ahora, pareciera reticencia establecida en los códigos de la escena mexicana, una suerte de precaución ante cualquier eventualidad en contra. El sustituto son las entrevistas en los medios.
Rigor histórico aparte, Hernán Cortés es autor de la primera reseña de acontecimientos importantes como la conquista de los territorios que ahora conforman el país. La llamada Relación de 1520 narra los hechos originarios de la nación, de los cuales es el protagonista, remitida al rey de España.
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Ahí el extremeño informó cronológicamente de lo sucedido, anunció al monarca la extensión de sus nuevos dominios y justificó sus decisiones, la creación de la Villa Rica de la Vera Cruz, por ejemplo, acto fundacional de la organización político-administrativa que tiene como célula de gobierno al Ayuntamiento, que conservamos; al tiempo de avisar veladamente al también emperador de Alemania su mando del territorio conquistado en su nombre.
Durante los siguientes cinco siglos se produjeron textos autobiográficos o relatos de sucedidos en torno a figuras clave de esa trayectoria histórica. Si no en abundancia, si hay testimonios redactados, o cuando menos autorizados por las y los autores, reflejo de sus diferenciadas personalidades, descripciones y personajes de su entorno y circunstancia.
En algunos casos de figuras políticas, la autoría es de protagonistas, en otros de quienes les acompañaron o estuvieran cerca del ejercicio del poder; son testimonios de vida, justificatorios, sesgados o acusatorios. Unos evasivos de temas principales, otros minimizan problemas o fracasos, algunos simplemente ignoran los más polémicos. Sus líneas llevan a quienes los leen, del triunfalismo a la cursilería, de la parquedad a la abundancia anecdótica. Lo importante es que se hicieron públicos.
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En la nómina autoral hay hombres y mujeres participantes en la aventura de Maximiliano y Carlota, que publicaron sus textos en Europa. Aparecen desde luego algunos presidentes de la República: Benito Juárez, Porfirio Díaz, Álvaro Obregón, Lázaro Cárdenas, Miguel Alemán, José López Portillo, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari y Felipe Calderón. Se sabe que existen –sin publicar- las memorias de Gustavo Díaz Ordaz.
Con un formato alejado del tradicional -no es cronológico ni histórico-, A la mitad del camino (Planeta, 2021) del presidente López Obrador refiere temas del pasado más reciente que más importan al mandatario, como en un mural donde las estampas están articuladas en el discurso pictórico. En el caso es la acción de gobierno el hilo que une los temas clave de su proyecto, se detiene en momentos de relevancia que ilustra con documentos o narraciones detalladas. La detención del anterior general secretario de la Defensa Nacional y el rescate del presidente boliviano Evo Morales, lo ejemplifican.
No faltan anécdotas que dejan de serlo cuando varían en mensaje de intención política. Sucede con la referencia a una conversación con el presidente Enrique Peña Nieto.
Por momento y formato el presidente hace la diferencia. Lectoras y lectores harán el juicio.
Ojalá sea ejemplo que se replique en las entidades federativas donde ejemplares del género escasean.
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