La ocasión anterior les platicaba cómo ciertas decisiones que se piensan de carácter individual terminan no siéndolo tanto y tienen fuertes consecuencias para la sociedad. Seguía pensando en esto cuando me encontré con un informe de Naciones Unidas sobre el cambio demográfico que se espera ocurra en el mundo en los siguientes años.
Naciones Unidas calcula que en unos 30 años vamos a ser alrededor de diez mil millones de personas, es decir, 25% más de personas de las que somos ahora. Parece que la población mundial estará creciendo mucho pero en realidad no tanto, al contrario, lo que nos indica la estimación es que el crecimiento poblacional en el mundo se está haciendo más lento.
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Veamos, con datos también de la ONU, en el año 1000 había 300 millones de personas en el mundo, el ser humano tardó unos 600 años en duplicar su población, luego tardó 250 años en lograr lo mismo. Pero entre la mitad del Siglo XIX y la mayor parte del Siglo XX el crecimiento poblacional fue muy veloz, en 100 años, entre 1850 y 1950, la población mundial se multiplicó por dos y volvió a suceder lo mismo pero en la mitad del tiempo. No sólo fue que las personas tuvieron más hijos sino que además gracias a los avances científicos y económicos las personas mueren a mayor edad. La próxima vez que el ser humano duplique su población va a tardar más tiempo, unos 70 años. Como ahora vivimos más pero cada vez se tienen menos hijos, el mundo tenderá a ver a su población de 65 años y más crecer, se calcula que para 2050 el 16% de la población mundial tendrá más de 65 años, hoy es el 10%.
Está claro que la decisión de tener hijos o de no tenerlos es una decisión personal pero eso no cambia el hecho de que esa decisión tenga consecuencias para todos. Para como están diseñadas las reglas, que cada vez haya menos jóvenes, que cada vez haya más viejos y que los niveles de fecundidad disminuyan al grado de producir una disminución de la población en el largo plazo es algo que debería preocuparnos, más en países en vías de desarrollo como el nuestro.
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México es ahora uno de los diez países más poblados del mundo pero para el 2050 dejará de serlo. Para el 2040 verá cómo su población con menos de 20 años se hará mucho menor, al grado de cambiar de forma importante la parte baja de su pirámide poblacional, y su población de 60 años y más se irá ensanchando. El problema es que la velocidad en la que está sucediendo este cambio es impresionante, estamos hablando de menos de 20 años. Pero no sólo es que la estructura de nuestra población esté cambiando, es que además dentro de unos 30 años vamos a empezar a ser menos mexicanos, se calcula que antes del 2060 la tasa de mortalidad superará a la tasa de natalidad y que para el 2100 habrá menos mexicanos de los que somos hoy.
Esto trae varios problemas pero hay tres que hay que poner en la mesa de manera urgente, el primero es que de no crear las condiciones para crecer económicamente a tasas altas y de manera sostenida terminaremos siendo un país con muchos adultos mayores en situación de pobreza. Otro problema son las pensiones, si cada vez menos personas entran al mercado laboral formal y al mismo tiempo el número de pensionados crece, en algún momento el sistema puede colapsar. Y por último es que el gasto en salud de una población con muchas personas mayores aumenta de manera importante.
Así que si queremos ser un país con cada vez menos niños y jóvenes, necesitamos ver de manera urgente cómo crecer económicamente a tasas altas y por tiempo prolongado, como crear más riqueza para todos y así no tener una vejez en pobreza, porque de alguna forma tendremos que pagar nuestra vejez, ya sea que lo hagamos con nuestros propios medios o ya sea que le demos esa tarea al gobierno.