La Asamblea Nacional de Francia ha validado el inicio del debate sobre una propuesta para destituir al presidente Emmanuel Macron.
Esta iniciativa, impulsada principalmente por el partido de izquierda radical La Francia Insumisa (LFI), se basa en la negativa de Macron a nombrar a Lucie Castets, la candidata a primera ministra del Nuevo Frente Popular (NFP), que ganó las recientes elecciones legislativas anticipadas.
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Los partidarios de la destitución argumentan que esta negativa constituye una “violación grave del deber de respetar la voluntad expresada por el sufragio universal”.
La propuesta fue admitida por la mesa de la Asamblea con un voto ajustado de 12 a favor y 10 en contra. Aunque ha superado este primer obstáculo, su futuro es incierto, ya que requiere el apoyo de dos tercios de ambas cámaras del Parlamento para avanzar.
La LFI ha celebrado este desarrollo como un evento inédito en la historia de la Quinta República, pero muchos analistas consideran que tiene escasas posibilidades de prosperar debido a la falta de una mayoría clara en el hemiciclo y en la Comisión de Leyes, donde la izquierda no cuenta con representación mayoritaria.
El líder parlamentario del partido macronista, Gabriel Attal, ha calificado esta propuesta como una “declaración de guerra” contra las instituciones democráticas.
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