En un mundo donde el arte muchas veces lucha por abrirse paso, Liliana Alvarado Robles, conocida artísticamente como Ly Robles, es una joven bailarina de 26 años que ha dedicado su vida a la danza, una pasión que descubrió a los 11 años en el seno de una familia de músicos.
Originaria de Hidalgo, Ly encontró en la danza contemporánea y en otras disciplinas artísticas una forma de expresión y libertad personal.
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En entrevista, Ly compartió cómo su camino en la danza no ha estado exento de obstáculos, como la falta de apoyo económico en su familia.
Sin embargo, su determinación le permitió trabajar y financiar sus estudios en danza contemporánea en el Instituto de Artes de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH).
A lo largo de su trayectoria, Ly ha explorado diversas disciplinas, desde danzas polinesias y ballet hasta danza aérea y fuerza capilar, un espectáculo que consiste en realizar movimientos, baile y figuras colgada del cabello.
“Es doloroso, pero fascinante. Te da una nueva perspectiva del movimiento corporal”, explica sobre esta experiencia que mezcla arte, disciplina y resistencia física.
La transición hacia la danza contemporánea no fue inmediata. Comenzó con danzas polinesias y exploró estilos como el ballet y el belly dance, pero fue la combinación de la expresión corporal y el teatro lo que le permitió encontrar su verdadera vocación.

“La danza contemporánea te da un control y descontrol del cuerpo que te libera, que te permite sacar los sentimientos”, comenta.
Ly enfrentó obstáculos económicos desde temprana edad. La falta de apoyo financiero de su familia la obligó a trabajar mientras estudiaba, costearse sus clases, vestuarios y pasajes. Sin embargo, esto no la detuvo. “No es imposible”, afirma con convicción, alentando a quienes enfrentan situaciones similares. “Siempre hay opciones. Los límites están en nuestra cabeza”.
Actualmente se desempeña como bailarina versátil en Playa del Carmen, donde su talento se suma a la oferta artística de esta ciudad turística, combinas técnicas de danza contemporánea, jazz, ballet, y urbano. A través de su arte, Ly demuestra que la danza, más allá de ser un espectáculo, es un acto de valentía y perseverancia, que los límites solo existen en la mente. En su mensaje a las nuevas generaciones, Robles enfatiza la importancia de no rendirse ante las adversidades.
“No hay imposibles. Los límites están en nuestra cabeza. Si tienen un sueño, aférrense a él y trabajen duro. Siempre se puede, aunque el camino sea difícil.”
Encontró oportunidades en Playa del Carmen
En comparación con su vida anterior en Hidalgo, donde la danza era más una expresión cultural que una profesión viable, Playa del Carmen le ha ofrecido un panorama diferente.
“Aquí todo es espectáculo para los turistas. Aunque no es lo mejor pagado, sí hay muchas más oportunidades”, señala.
Este entorno le ha permitido desarrollarse no solo como bailarina, sino también explorar áreas como la animación, los aéreos y los espectáculos mexicanos.
Ly también anima a los bailarines a complementar su formación con otros estudios, como pedagogía o administración, que les permitan explorar nuevas oportunidades en el ámbito artístico. Con planes de seguir experimentando en la danza aérea y eventualmente enseñar, Ly aspira a continuar llevando su arte más allá de las fronteras, demostrando que la pasión y el esfuerzo pueden superar cualquier barrera.

A futuro, Ly tiene claro que quiere seguir experimentando con la danza y los aéreos, llevar su arte a cruceros o incluso a otros países, y eventualmente compartir sus conocimientos como docente.
“Quiero seguir bailando hasta donde el cuerpo me dé, pero también sé que nuestra carrera no siempre es sostenible en el tiempo. Ahorrar y buscar alternativas, como estudiar otra disciplina complementaria, es importante”.
Para las nuevas generaciones que sueñan con dedicarse a la danza, su mensaje es claro: “No se den por vencidos. Todo se puede. El esfuerzo vale la pena”.
Los anima a no dejarse limitar por las dificultades económicas o el miedo al fracaso, y a no postergar sus sueños.
“El cuerpo madura, y con el tiempo las posibilidades cambian. Si tienes la pasión, aférrate a ella y hazlo ahora”, expresó.
La historia de Ly Robles es un recordatorio inspirador de que el arte no solo es una forma de expresión, sino también una forma de vida que, aunque desafiante, puede ser profundamente gratificante.

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