Las mieles del poder son peligrosas y está visto que ese elixir no es para todos. El poder invariablemente trastorna a muchos de quienes logran acceder a él. La serie televisiva Succession que se transmite por la cadena HBO es un claro ejemplo de cómo cambian incluso quienes aún no lo tienen, pero saben que podrían tenerlo y que en el caso de la serie aludida se trata de encabezar un conglomerado de medios de comunicación. La ficción de esa serie no dista mucho de lo que ocurre en la vida real.
Y si de cambios y realeza hablamos, el mundo ha sido testigo de dos momentos que ha protagonizado el nuevo monarca inglés en su primera semana al frente de la corona y que lo han hecho merecedor de críticas y memes al por mayor en las redes sociales. Momentos quizá chuscos y motivados por la presión protocolaria a la que está sometido tras la muerte de su madre, la reina Isabel II, pero que reflejan la poca tolerancia que parece tener Carlos III ahora que es rey. En otro lugar más terrenal y lejos del protocolo de la monarquía, el mundo también fue testigo de cómo el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, quien llegó al poder con más del 53 por ciento de los votos, ha decidido, pese a que la constitución de su país lo prohíbe, ir en busca de la reelección.
En México las cosas no son distintas. Algunos gobernantes apenas llegan al poder se transforman como si el triunfo mayoritario en las urnas con el que acceden a él fuera un cheque en blanco que les otorga la ciudadanía para que hagan lo que se les ocurra, pasando incluso por encima de leyes que ellos mismos prometieron cumplir y hace cumplir.
Ahí está el gobernador de Nayarit, el morenista Miguel Ángel Navarro Quintero, quien autorizó que su equipo de imagen cambiara los colores de la bandera nacional, sustituyendo el verde y rojo del lábaro patrio utilizando ahora el color vino, los colores de su partido. Las redes sociales le tundieron e incluso hay quienes piden un castigo ejemplar para esta afrenta que hasta el momento solo ha quedado en una disculpa pública por parte del gobernante.
Otro ejemplo de cómo el poder mal entendido lleva a violar sistemáticamente la ley es el estado de Campeche. La gobernadora Layda Sansores ha exhibido públicamente al atribulado líder nacional del PRI, Alito Moreno, mediante grabaciones de llamadas telefónicas, producto sin duda de espionaje. Este delito está tipificado como grave en el Código Penal, pero eso a la mandataria pareció no importarle porque durante varias semanas difundió en cadena estatal varias grabaciones sin explicar cómo se hizo de ellas.
Es obvio que no todos quienes logran el poder cambian de manera tan radical, lo que sí es que algo pasa en la mente de todos. Así lo dejó asentado el gran Luis Spota en esa novela monumental llamada El Primer Día. En uno de los muchos e ilustrativos pasajes de la vida política de México, el novelista escribió: “El poder trastorna a los sensatos y ensoberbece a los pendejos”.
REBURUJOS
Muy fino y en poco tiempo tendrán que tejer las dirigencias estatales del PRI, PAN, PRD y el gobernador Del Mazo en el Estado de México, para recomponer el tiradero que tienen las dirigencias de esos tres partidos a nivel nacional. De ello depende la Alianza Va Por México en tierras mexiquenses.
Comentarios: miguel.perez@estadodemexico.jornada.com.mx
miguel.perez@hidalgo.jornada.com.mx
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