Montserrat Bautista, de 27 años, es tatuadora profesional con seis años en el mundo de este arte, el cual le ha gustado “muchísimo desde pequeña”.
“Estuve en cursos de dibujo técnico y dibujo artístico. Me ha encantado siempre el tema del arte y del tatuaje, siempre ha sido una pasión para mí”, comenta.
Lo complicado, reconoce, ha sido entrar al mundo del tatuaje que generalmente se ve dominado por hombres.
“Es una cuestión social y familiar. Con mi familia fue muy complicado que aceptaran que yo me dedicara a esto, ya que tengo una carrera aparte, soy terapeuta física, además de esta profesión. Fueron años de trabajo con mi familia, tuve que distanciarme un poco para seguir este sueño de mi estudio”.
Confiesa que al principio no sabía sobre clientes, agendas ni de cómo se manejan los diseños.
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“Soy una artista un poco empírica respecto al tatuaje. Obviamente es experiencia y, claro, todos los años se aprenden cosas nuevas. He ido tomando esta experiencia en el tatuaje que me va trayendo clientes y que me va posicionando.
“Creo que cada artista va buscando su camino. Me buscan mucho las mujeres, me gusta mucho escuchar si quieren algún diseño en particular. Me gusta empaparme de entender la idea que necesitan. Como mujer siento que se identifican mucho conmigo y me buscan para aterrizar sus ideas y me dedico mucho a los detalles, ese podría definirse como mi estilo, en el tatuaje más pequeño encontrarás pequeños detalles”.
La pandemia provocada por el Covid-19 ha sido complicada para Montserrat, ya que es madre soltera y para ella dejar de trabajar era imposible.
“Cerraron los estudios y tuve que seguir laborando ‘clandestinamente’ en casa. Curiosamente, a veces el ocio hace que tengas algunas ideas por si quieres un tatuaje en particular. Realmente el trabajo creció, por extraño que parezca”.
Montse invita al público en general a darse una apertura al tema del tatuaje, “aunque sigue siendo un tabú. Podemos verlo como el tema artístico, abrirse más a conocer nuevos estilos, a plasmar lo que pensamos, indudablemente es una manera de expresión”.
“Desde pequeña me ha gustado la idea de tener arte plasmado en mi cuerpo. Eso me encanta. Empecé a tatuarme a los 19 años y también ha sido algo difícil para mi familia, igual socialmente. A veces me ven en la calle y llamo la atención, aunque en ocasiones me han juzgado. Aun así, creo que la sociedad está abriendo mucho la mente al tema del tatuaje y sobre todo de mujeres tatuadas”.
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En cuanto a la decisión de si hacerse un tatuaje o no, sugiere que sí deben pensar bien qué se tatuarán, pero tampoco es necesario que sea un significado profundo.
“Hay que dejarlo fluir un poco y decir ‘me gusta, quiero tenerlo’, aunque a veces sea un adorno solamente y eso es totalmente válido. Para mí el arte es así y cada quién tiene su punto de expresión a través de su piel”.
Se le puede encontrar en Zona Tatuaje Pachuca en Facebook e Instagram, así como en su red personal como Montserrat Bautista.
Su estudio, Zona Tatuaje, se ubica en avenida ISSSTE, cerca del Centro Médico Bapeva, bajando el puente del Venado, en Pachuca.