Los inicios de ciclos nos permiten hacer un balance tanto de cómo está el panorama político social, como de lo que esperamos que pase en los próximos meses.
2023 es un año complejo, las elecciones presidenciales ya están a la vuelta de la esquina. La primera vez que voté fue en las elecciones de 2012, un proceso político que cambió la dirección que estaba tomando mi vida y me llevó al activismo.
A 11 años de ese momento, la esperanza en mí está diluida. ¿Merecemos a les posibles candidates que se han manifestado?
No, de verdad creo que no. Somos un país que vive en un eterno estrés colectivo postraumático. Nos han pasado tantas cosas desde que Calderón inició la “guerra contra el narco” y minó los derechos laborales. Conocemos a personas que han desaparecido, que han sido asesinadas, que han terminado injustamente en la cárcel. Y la violencia ligada a la discriminación se ha recrudecido, es mucho más sanguinaria.
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¿Cómo tomar decisiones cuando ya nos es normal ver fotos y vídeos de asesinatos, carteles de mujeres, niñez y personas desaparecidas, con militares con armas largas en parques, playas y plazas?
La clase política no está a la altura de las circunstancias. Ni un partido se salva, este cambio de partido en el poder nos ha evidenciado que esos partidos no creían de fondo en lo que decían defender, solamente es llevarle la contraria al otro.
Mientras todo eso pasa en la cúpula de poder, la gente sigue sobreviviendo, resistiendo y organizándose.
Tengo esperanza en la niñez, en las juventudes, en los pueblos y comunidades que en paralelo construyen opciones para crear otros mundos, mundos mejores.
El reto es estar a la altura de elles, no seguir fallando.
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Entender que la violencia, el militarismo y el punitivismo están ligados con los feminicidios y crímenes de odio. Que es un caldote de cultivo para cosas atroces, que mientras esa discriminación siga en las bases, todo lo demás se pudre.
Que es nuestro derecho exigir y demandar a las autoridades para que hagan su chamba, no están haciéndonos un favor.
Que necesitamos construir comunidad con les otres, todo lo que nos ocurre viene de un mismo fondo: el poder.
Ojalá que este año nos permita la reflexión profunda, la amabilidad con nosotres y les otres y la resistencia.