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Once jornadas de intensa actividad deportiva fueron las que se vivieron en Cali, Colombia en la primera edición de los Juegos Panamericanos Junior, los cuales tienen como objetivo máximo asegurar la continuidad en el desarrollo de las nuevas generaciones de deportistas del continente en su transición al siguiente nivel competitivo, que permita encumbrar a los nuevos talentos en los más demandantes eventos. Esta justa contó con la participación de poco más de 3 mil 500 atletas entre 14 y 22 años de 41 países de América en 30 diferentes disciplinas.
Santiago de Cali, capital del departamento de Valle de Cauca en Colombia, fue elegida como sede a principios de 2019, tras vencer en el proceso de selección a las candidaturas de Santa Ana, El Salvador y Monterrey en México. Esta ciudad ya fue sede en 1971 de los VI Juegos Panamericanos de 1971 y en 2013 de los Juegos Mundiales, que incluso le han concedido el título de la ‘Capital Deportiva de América”.
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Sin embargo, Cali no fue la única ciudad colombiana que albergó estos juegos; contó con una serie de sedes alternas en Buga, donde se disputó el boxeo y el ciclismo; Barranquilla para el sóftbol y el béisbol; Jamundí (judo y karate); Calima El Darien (canotaje, remo, triatlón y vela); Palmira (tiro con arco, tenis de mesa y levantamiento de pesas); y Yumbo para el bádminton.
Los deportes de los que constaron estos juegos fueron atletismo, bádminton, baloncesto 3×3, balonmano, béisbol, boliche, boxeo, canotaje de velocidad, ciclismo (BMX racing, de montaña, de pista y de ruta), clavados, esgrima, gimnasia (artística, rítimica y de trampolín), judo, karate, levantamiento de pesas, lucha, natación, natación artística, patinaje (artístico y de velocidad), pentatlón moderno, remo, skateboarding, sóftbol, squash, taekwondo, tenis, tenis de mesa, tiro con arco, tiro deportivo, triatlón, vela, voleibol y voleibol de playa.
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Nuestro país cumplió con una gran actuación al concluir en el tercer lugar del medallero (155 totales: 42 de oro, 71 de plata y 42 de bronce hasta el cierre de esta edición), solo por detrás de Brasil (143: 50, 41 y 52), y la delegación anfitriona (136: 45, 33 y 58), que la superan en el números de metales áureos conseguidos. Sin embargo, es de destacar que la delegación mexicana quedó muy por encima de países como Estados Unidos (100: 41, 26 y 33), Cuba (67: 29, 19 y 19) y Argentina (65: 18, 18 y 29). Sorpresivamente Canadá se colocó hasta el 14º sitio (9: 3,1 y 5).
Las disciplinas que más satisfacciones le dieron a nuestro país fueron clavados, natación, remo, canotaje de velocidad, tritalón, ciclismo (ruta y pista), atletismo, levantamiento de pesas, tiro (con arco y deportivo), boxeo, judo, taekwondo, lucha, squash y sóftbol.
Del total de preseas nacionales, 6 fueron obtenidas por representantes de nuestro estado de Hidalgo: en squash Leonardo Vargas conquistó un oro en la modalidad por equipos y una plata en la competencia de dobles; en lucha olímpica la representación femenina obtuvo 2 medallas: Zeltzin Hernández plata en la categoría de 53 kg y Paulina Romero bronce en los 57 kg; finalmente Uriel Gómez Tagle ganó oro en -68 kg en taekwondo y Paulina Garnica bronce en 57 kg en judo.
Este domingo se realiza la ceremonia de clausura en el Estadio Olímpico Pascual Guerrero de Cali. Y ustedes queridos lectores de ‘Epopeyas… de hidalgos, heroínas y otras gestas deportivas’, ¿sabían de la realización de estos juegos? ¿Consideran suficiente la difusión que tuvieron o piensan que las nuevas promesas del deporte deban tener mayor cobertura por parte de los medios de comunicación?
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