Con la exclamación “¡Para Hidalgo lo mejor está por venir!” Julio Menchaca Salazar rindió protesta como el gobernador constitucional de Hidalgo número 34, luego de 93 años de historia priista. El lunes 5 de septiembre en la Plaza Juárez de Pachuca, se abrió un nuevo capítulo en la historia del estado.
Guinda fue el color que prevaleció. Sheinbaum, Ebrard fueron recibidos con aplausos al grito de ¡Presidenta! ¡Presidente! Todo rasgo priista recibió el abucheo. Las fuerzas morenistas ondearon banderas y todas las personas que pudieron acercarse se tomaron la selfie. Menchaca accedió.
Doce del día y la Plaza Juárez con vallas y un enorme toldo que sustituyó al que se cayó hace unos días, sin presagio de nada, sólo “un error humano”, dijeron.
Cielo nublado, más tarde con lluvia. Caras conocidas entre funcionarios, empresarios, alcaldes. Nuevas caras de los que llegan. Rostros que escribirán una nueva etapa en la historia de la administración gubernamental.
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Un Palacio de Gobierno recién pintado, franjas guindas con dibujos que simulan grecas de bordados hñanñhú, en amarillo. Le quitaron lo blanco total a esta caja de zapatos que tiene más de tres décadas. ¿Cuarenta?
Al pie del monumento a Benito Juárez, Menchaca con traje azul marino, camisa blanca y la corbata guinda, el color de su partido que recibió la semana pasada la confirmación de que los resultados de las elecciones son válidos. Correcto al dirigirse a diputadas y diputados locales ante quienes rindió protesta.
Con dificultades entró y salió de las vallas por el tumulto de gente que quería saludarlo, estar cerca de él, tomarse la auto foto. Incluso con ayuda de guardaespaldas pudo salir de la enorme carpa.
Julio Menchaca insistió en que gobernará por el pueblo, con la ley “nada sin el pueblo”, “nada sin la ley”.
Omar Fayad y otros exgobernadores como Paco Olvera y Manuel Ángel Núñez acudieron a la cita. Fueron abucheados, Menchaca respetuoso. Solo saludó y la cámara de las enormes pantallas los enfocó sólo por unos segundos. Al término, Fayad salió apresurado a Palacio, solo con cuatro o cinco acompañantes. Ya se había despedido.
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Fuerzas básicas morenistas con pancartas, banderas, afuera y adentro de la carpa. Cielo nublado en un septiembre de temporada de huracanes y con adornos tricolores en los arcos de los portales.
Mientras, las calles de las inmediaciones cerradas. Peluches AMLOistas, unos hasta con sombrero patrio “de regalo”, o con la cornetita. Broches, calcomanías, pins y porta gafetes guindas, con logos morenistas. Llaveritos de a diez. Tlayudas de a veinte. Pastes de 18, envueltos en servilleta de tela.
La rendición de protesta, como se llamó al evento, había concluido a la una. Salían mujeres y hombres traje oscuro, botas. Eso sí, todas y todos con cubre boca y gel en las manos desde la entrada.
Lo cierto es que… todo un nuevo capítulo en gobierno del estado. Se van un@s, Llegan otr@s. Y tod@s esperamos que sea así, como dijo Menchaca, que “lo mejor está por venir”.
Twitter@AidaSuarez