De acuerdo con registros nacionales y en particular Hidalgo, el Covid-19 ha ido cediendo. Consecuencia de vacunaciones con sus buenos resultados de prevención.
Ante esto, el estado se encuentra bajo el cobijo de semáforo verde. Paulatinamente se han restablecido, actividades de la vida pública, en todos sus rangos incentivándose la economía.
Importante en este buen resurgir las funciones escolares con actividades presenciales.
Abrieron en 42 municipios con las normas de prevención establecidas.
Hay augurio positivo para otras demarcaciones como Pachuca y Mineral de la Reforma. Autoridades de Salud y la SEPH, valorarán garantías de feliz retorno.
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En consecuencia, disminuyen inesperados llamados telefónicos, algunos en frías madrugadas, anunciando el fallecimiento de familiares o amistades comunes.
Cargados aciagos días de dolorosos recuerdos, surgen hoy despertares con válido optimismo.
Jaime Bonilla, en camino de sumarse con AMLO
Polémico por su pretendida ampliación de mandato, Jaime Bonilla está a días de concluir funciones como gobernador de Baja California.
Andrés Manuel López Obrador anunció que lo invitará a que se sume a su administración. Así lo dijo, llanamente claro.
Además, como privilegio de amistad, AMLO enfatizó “a donde él –Bonilla- quiera.” Es decir, el invitado podrá decidir.
Sería interesante conocer la opinión de los altos funcionarios morenistas, que, algunos, seguro han de preocuparse por lo que dijo el Presidente.
Periodistas en 438 Días de angustia
En un establecimiento de películas, encontré una que parecía episodio de guerra, presumiblemente en Afganistán.
Pensé inicialmente que mi elección apresurada no satisfacía expectativas.
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Me equivoqué. El título de la cinta es breve, 438 días, y presenta en un hecho real infortunios de dos periodistas suecos, Martin Schibbyen, reportero, y Johan Persson, fotógrafo. Tras cruzar la frontera entre Somalia y Etiopía, el 28 de junio de 2011, cayeron en la seducción del ONFL (Frente para la Liberación Nacional de Ogaden), grupo separatista que lucha por la autodeterminación de la población somalí que vive en esta región de Etiopía.
Persson, establece buena relación con los rebeldes y uno incluso le entrega un pesado rifle para tomarle una fotografía. Nunca dispara.
Esto y el haber entrado a Etiopía sin permiso se convirtieron en graves acusaciones.
El filme alude a las barreras que se imponen a la libertad de expresión y el papel de la prensa independiente cuando informa sobre abusos de poder en muchas regiones del planeta.
Los informadores, Schibbyen y Persson iban a investigar el impacto de la industria petrolera en la población de Ogaden, zona aislada y asolada por el conflicto.
Sorpresivamente llega el ejército etíope y finalmente tras amenazas a su vida si no aceptan culpas ingresan a la prisión de Kalityu,en Adis Abeba, con reos hacinados y alimentación limitada.
Se les dice que su condena podría llegar a 30 años.
Son tímidas acciones del gobierno sueco para liberarlos. Meles Zenawi, primer ministro etíope exige una confesión completa.
Luego, tras rápido juicio, los condenan a 11 años.
Ha pasado más de un año y siguen cautivos. Al final un diplomático sueco se advierte más interesado en liberarlos y concilia que mediante su declaración de culpabilidad podrán salir libres.
No tienen otro camino y aceptan.
Al cumplir 438 días de pesadilla, dejan la prisión. Cuando ya van de regreso a Suecia, temen que los vuelvan a detener, lo que no ocurre.
El guion de la historia es una adaptación del libro escrito por los dos periodistas.
Recomendable en verdad, enfatizando el riesgo de buscar y dar a conocer la verdad.
Gustaf Skarsgard y Matías Varela son los actores que representan a Schibbyen y Persson, quienes al final aparecen en una conferencia. Físicamente muy parecidos.
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