Es posible afirmar que Hidalgo está pasando por un buen momento económico que tardó décadas en llegar.
Históricamente se decía que la entidad era víctima de gobiernos que no habían sabido aprovechar su potencial, y las pruebas saltaban a la vista. Uno sólo tenía que voltear a ver a Querétaro, Puebla y al Estado de México para preguntarse: ¿por qué allá sí hay inversión y acá no se paran ni las moscas?
El cambio en la política de atracción de inversiones fue paulatino. Fue desde el sexenio de Manuel Ángel Núñez Soto (1999-2005) que empezó a ponerse énfasis en buscar capital más allá de nuestras narices. De formación economista por la UNAM, el exgobernador también pasó por la entonces Secretaría de Industria y Comercio federal, después por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, e incluso fue parte de la delegación mexicana que participó en la negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, en su primera versión, aquella que firmó el expresidente Carlos Salinas.
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Con esa trayectoria y preparación académica, Núñez Soto vio que una salida para combatir el atraso económico del estado era la atracción de capitales foráneos y creó la Corporación Internacional Hidalgo (Coinhi), una oficina que empezó a empujar a la entidad para colocarla en el mapa de los capitales privados.
Los siguientes gobernadores siguieron la misma línea, que paulatinamente sacó a la entidad del sótano respecto a la captación de inversiones. Los gobiernos de Omar Fayad y Julio Menchaca comenzaron a ver los frutos de una política económica que se echó a andar desde hace más de dos décadas y que ha sido consistente.
La llegada del primer gobernador no priista al ejecutivo estatal no implicó un cambio en la estrategia de atracción de inversiones. Prueba de ello es la continuidad de José Luis Romo Cruz, quien se desempeñó como secretario de Desarrollo Económico y de Políticas Públicas en la administración de Omar Fayad, y quien fue clave para lograr aterrizar inversiones en el sexenio pasado.
Sus maestrías en políticas públicas por la Kennedy School of Government de la Universidad de Harvard y en política económica por la Universidad de Warwick en Reino Unido, así como su paso por el Banco de México y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público influyeron en su capacidad para gestionar inversiones tanto en México como en el extranjero.
Fue durante su gestión como secretario de Desarrollo Económico con Fayad que llegaron las grandes inversiones del sexenio pasado: tanto la del Grupo Modelo en Apan, como la de la automotriz JAC Motors en Ciudad Sahagún. Hoy, en un papel más discreto, se nota su operación para la llegada nuevos capitales que ya rebasan los 117 mil millones de pesos traducidos en 104 proyectos en sectores como el automotriz, energía, manufactura, logística y comercio.
Un dato relevante es que esa masa de capital ya es 168% superior a lo captado en todo el sexenio anterior (68 mil 300 millones de pesos), cuando apenas vamos a llegar a la mitad de la administración de Julio Menchaca.
Las perspectivas, por otra parte, parecen ser promisorias para la entidad, pues su contexto hoy es favorable, tanto política como económicamente. Su cercanía con la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) está comenzando a ser virtuosa, por su relación con los grandes proyectos impulsados desde el sexenio de Andrés Manuel López Obrador.
Hoy el gobierno de Claudia Sheinbaum es un factor positivo que pone a Hidalgo en una posición atractiva para las inversiones. El tener a dos “polos de desarrollo y bienestar” de 29 que se pretenden concretar para todo el país es un privilegio que incluye incentivos fiscales y planes de inversión federal de infraestructura.
Quien conoce la historia reciente de Hidalgo sabe que durante décadas la entidad sólo vio pasar de largo los grandes proyectos nacionales y también las inversiones, que preferían establecerse en nuestros estados vecinos. Hoy las cosas parecen estar cambiando para una entidad que parecía condenada al rezago. Claro, falta ver qué regiones están creciendo y cuáles siguen en total abandono, pero ese será tema de otra reflexión.

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