Licencia menstrual

Históricamente la defensa de los derechos laborales ha puesto sobre la mesa que las personas que integran la fuerza laboral tiene necesidades diferentes que tienen que tomarse en cuenta para que puedan seguir desempeñando sus funciones con dignidad. Desde la promulgación de la Constitución de 1910, una constitución de corte social, se contemplaron derechos para las trabajadoras, específicamente los que tienen que ver con la protección de la maternidad como las licencias de maternidad.

A lo largo del tiempo se han ido incorporando otros como las estancias infantiles, licencias maternales en caso de adopción y más recientemente: estancias infantiles para hombres y permisos por paternidad.

El enfoque de estos derechos es mucho más amplio pues la realidad social nos ha obligado a observar la necesidad del reconocimiento de todas las familias, del involucramiento de los hombres en las tareas de cuidado y las complicaciones de la vida como la enfermedad y la muerte.

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Una gran parte de las mujeres, hombres trans y personas no binaries sufrimos de menstruaciones dolorosas que pueden en muchos casos, imposibilitar que nos movamos de la cama para acudir a la escuela, el trabajo u otras actividades. Algunas hemos tenido acceso a servicios de salud privados o públicos para poder tener un diagnóstico y tratamiento, no es la realidad de todas, todos y todes.

El pasado miércoles 24 de mayo, el Congreso del Estado de Hidalgo aprobó la licencia menstrual con goce de sueldo para trabajadoras del estado y de los municipios. Es importante mencionar que esta licencia también aplica para hombres trans y personas no binaries que trabajen en dependencias estatales y municipales. Celebró la aprobación de este derecho para las personas que menstruamos.

Sin embargo, me preguntó quienes realmente podrán ejercerla. Para poder hacer uso de ella hay que tener un diagnóstico de dismenorrea y que los servicios de salud que corresponden a estas trabajadoras (en su mayoría ISSSTE) puedan emitir el certificado con validez de 6 meses.

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El gran problema que enfrentamos la clase trabajadora a la hora del reconocimiento de nuestros derechos es que los legisladores siempre piensan en ellos desde la óptica del empleador. Desde ese panorama se piensa que estás licencias en lugar de beneficiar al espacio laboral, porque durante uno o dos días, una o varias personas no asistirán a trabajar y además tendrán que pagar su sueldo; pueden ser mal empleadas por las y los trabajadores que aprovecharan el día para vacacionar. De ahí que casi siempre estás licencias pidan una serie de requisitos que, en lugar de fomentar el uso, decidan no usarlo porque les va a consumir más tiempo o permisos ante el empleador que probablemente no obtendrán.

Me queda claro que el Congreso no recibió la asesoría adecuada para saber que las mujeres, hombres trans y personas no binaries que menstruamos podemos tener un mes con menstruaciones inhabilitantes y otros no, que el diagnostico de endometriosis es muy complicado y que hay una serie de violencias ginecológicas que enfrentamos en los consultorios médicos que no permiten el ejercicio del derecho a la salud.

Ojalá en el futuro el Congreso busque la asesoría adecuada, aunque se les pagaba bastante a sus asesores que luego ni las credenciales para el trabajo tienen y dejen de velar por los intereses de los empleadores y piensen en la clase trabajadora para legislar.