En el ámbito escolar el docente no solo es dador de conocimiento, sino que se convierte en una de las personas más cercanas e influyentes después de casa.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), celebra desde 1994 cada 5 de octubre el Día Mundial de los Docentes que establece criterios de referencia en cuanto a los derechos y responsabilidades del personal docente y normas para su formación inicial y perfeccionamiento, la contratación, el empleo, y las condiciones de enseñanza y aprendizaje.
Para este año el lema es: ”Las y los docentes en el corazón de la recuperación de la educación”, y se dejó en claro el valor de la profesión docente no solo al rendir homenaje a todos los educadores, sino que alzaron la voz para que los países inviertan en ellos y les den prioridad en los esfuerzos mundiales de recuperación de la educación para que todos los alumnos tengan acceso a un docente cualificado y respaldado.
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Dicho por la UNESCO, la pandemia ha puesto de manifiesto el valor insustituible de la profesión docente en la sociedad.
Se pudo observar que a la par de los festejos en diferentes foros, que se reconoce la sensibilidad de la labor docente, desde el punto de vista personal, donde se aprecia que no serán ni las plataformas ni la tecnología quienes recuperarán la educación tras la pandemia, serán los docentes con su vocación.
Justamente durante esta semana en una reunión de trabajo y apropósito de esta conmemoración, se comentaba que los padres de familia que han acompañado a sus hijos durante este proceso de la escuela en casa y que tuvieron que “entrarle al quite” en la educación escolar de sus hijos, ahora perciben un concepto más elevado de la labor docente.
Y es que después de año y medio tan duro de pandemia donde el sector educativo ha sido uno de los más vulnerados, el docente ha jugado un papel esencial en la educación, no solo con sus saberes sino con el acompañamiento personal que han brindado a sus alumnos, con su empatía, comprensión y esperanza que impulsa a los estudiantes a seguir pese a todas las adversidades, a no bajar la guardia, a conquistar.
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El Día del docente es momento para reafirmar y reconocer su papel en nuestra sociedad, es uno de los trabajos más nobles, son motores para transformar vidas, los maestros comprometidos con la educación saben que los cambios en el mundo son imparables y han reconstruido su práctica educativa pese a todos los retos, pero sobre todo han redefinido su papel de transmisor por el de agente de cambio social.
Seamos docentes o no, este lema: ”Las y los docentes en el corazón de la recuperación de la educación” nos invitó a la reflexión, destacando el papel del docente desde el punto de vista humano y poniéndolo como persona en el centro del proceso educativo, hablar del corazón involucra sentimientos y es justo lo que necesitamos.
Gracias a los docentes que se entregan de corazón en las aulas, casi todos recordamos a alguno que nos marcó la vida, que nos impulsó y que justamente, se guarda en el corazón.
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