YOLANDA

Las promesas políticas de los ayuntamientos en contra de la violencia de género

A partir de las discusiones por el aborto que se han dado en Argentina, el movimiento feminista en América Latina se ha revitalizado y nuestras demandas han tomado muchísima fuerza. Hidalgo no ha sido la excepción, entre el aborto y el hartazgo por los feminicidios, las morras nos hemos organizado para salir a las calles a exigir nuestros derechos. Ahora, las feministas representamos un costo político sin precedentes y esto no es ajeno a ningún partido político ni a ningún servidor público.

Los compromisos internacionales y nacionales con los derechos humanos han influido en que ahora la agenda feminista, la agenda en contra de la violencia de género y la agenda LGBTTTIQ+ sean parte de las instituciones que nos gobiernan. Sin embargo, muchas veces estos no son compromisos reales. Al hecho de sumarse a una causa sin un compromiso real se le llama populismo, literalmente sólo mencionan el tema porque les es redituable.

En las últimas elecciones que vivimos en el estado pudimos observar que, al menos en Pachuca, todas las agendas de lxs candidatxs establecían un compromiso en contra de la violencia que vivimos las mujeres, pero de manera populista. En otros municipios, pese a estos compromisos internacionales, lxs candidatxs ni siquiera lo mencionaron.

Así, el 15 de diciembre, lxs 82 presidentxs municipales electxs tomaron protesta y repitieron sus compromisos en este tema: apoyos para mujeres, guarderías para madres trabajadoras, inclusión, respeto a la diversidad sexual, mujeres como eje de desarrollo, capacitación al bando policía en temas de violencia de género y en Pachuca: #MeTooPachuca: cárcel para agresores y violentadores. Pero nadie ha explicado cómo lo harán y porqué la única solución que tienen para acabar con la violencia de género es la cárcel.

Los ayuntamientos son una institución vital para generar cambios sociales y culturales necesarios para lograr un ambiente libre de violencia. Sin embargo, no podemos olvidar que los ayuntamientos que los antecedieron y sus partidos políticos, nos han dejado de lado a las mujeres y a las disidencias sexo genéricas en sus mandatos.

Por eso, queremos decirles a los nuevos ayuntamientos que, aunque no lo hayan mencionado, tienen una obligación constitucional con la erradicación de la violencia hacia las mujeres. Para quienes lo hicieron parte de su agenda, les decimos que aquí estamos esperando que nos digan ¿Cómo lo van a hacer? ¿Cuál es el presupuesto que destinarán? ¿Quiénes son las personas que llevaran a cabo estos programas? ¿Cómo van a ser evaluados?

No queremos  edificios iluminados de naranja, morado o arcoíris, ni servidores públicos vestidos en esos colores, queremos políticas públicas reales y transparencia.

Les estamos observando.


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