Un reciente estudio ha revelado la presencia de fentanilo en delfines del Golfo de México, generando gran preocupación entre los expertos en medio ambiente y salud pública. Este hallazgo subraya la creciente amenaza de la contaminación farmacéutica en los ecosistemas marinos.
¿Qué dice el estudio?
Investigadores de la Universidad Texas A&M-Corpus Christi, en colaboración con la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), analizaron 89 muestras de grasa de delfines nariz de botella (Tursiops truncatus) en el Golfo de México.
De estas muestras, 30 contenían rastros de fentanilo, un opioide extremadamente potente, junto con otros fármacos como carisoprodol y meprobamato.
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Los delfines nariz de botella son considerados bioindicadores de la salud del ecosistema marino debido a su posición en la cima de la cadena alimenticia y su capacidad para acumular contaminantes en su grasa. La presencia de fentanilo en estos animales no solo afecta su salud, sino que también podría tener implicaciones para la salud humana, ya que los delfines comparten su dieta con los humanos, consumiendo peces y mariscos que podrían estar contaminados.
La contaminación farmacéutica en los océanos puede originarse de diversas fuentes, incluyendo vertidos de aguas residuales, descargas ilegales y eventos como redadas de narcóticos. En un caso destacado, se encontró un delfín muerto cerca de una redada histórica de fentanilo líquido en el sur de Texas.
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Riesgos y medidas de prevención
El impacto de los microcontaminantes en los ecosistemas marinos podría alterar el equilibrio natural. Los delfines, como depredadores clave, juegan un papel crucial en la cadena alimenticia, y cualquier afectación en su salud puede repercutir en todo el ecosistema. Además, la bioacumulación de fentanilo a través del consumo de presas contaminadas no puede ser desestimada, ya que podría representar riesgos indirectos para la salud humana.
Para mitigar esta problemática, es esencial implementar políticas más estrictas para controlar la descarga de residuos farmacéuticos en aguas abiertas. Limitar el uso y desecho inadecuado de fármacos podría ser clave para reducir la contaminación marina y proteger la biodiversidad oceánica.
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