En La ira de México, obra compilatoria de expresiones libres de periodistas del país, se condensan las que llaman Siete voces contra la impunidad.
La primera edición es de octubre 2016 y una primera reimpresión en octubre pero de 2018. Hay un prólogo de la distinguida escritora Elena Poniatowska y, asimismo, introducción de Felipe Restrepo Pombo.
Poniatowska escribe: ”¿Cuántas “mayores tragedias” le esperan a México? ¿Cuántas más habrán de sumarse a las víctimas bajo tierra cuyos cuerpos ahora aparecen en todo el territorio nacional? ¿Cuántas fosas más quedan por encontrar? Del suelo de México y sus esqueletos enterrados estalla el dolor, la rabia de vivir en medio de tanta podredumbre”.
Restrepo a su vez cita: “México es un territorio extenso –casi un continente- con una geografía diversa y a veces impenetrable. Es un lugar difícil de recorrer para cualquiera, en especial para un extranjero. Es, antes que nada, un país complejo. El escritor colombiano Santiago Gamboa, que vivió en la India, decía: ‘El primer mes creí que lo comprendía todo sobre la India. Muchos años después de estar allí, descubrí que no había entendido nada’. Lo mismo se podría aplicar para el caso de México, que Juan Villorio define –citado por Elena Poniatowska en prólogo de este libro- como un espacio en el que el carnaval coexiste con el apocalipsis’.
Villoro formula una reminiscencia:” En 2010 visité la Cruz Roja Mexicana en compañía de su presidente, Daniel Goñi Díaz. El hospital había sido renovado por completo. Con legítimo orgullo, Goñi Díaz me mostró la tecnología en los quirófanos y las pulcras habitaciones. De pronto llegamos a un pasillo en el que solo había cuartos individuales. ¿Un lujo especial?
“El presidente de la Cruz Roja es notario. Hasta ese momento había hablado en el tono de quien menciona cláusulas con las que solo se puede estar de acuerdo. Con voz grave agregó: ’Estos cuartos periten una mayor vigilancia’. No se refería a la atención médica, sino a la custodia policiaca: ‘Aquí atendemos a los criminales; nuestra obligación es darle asistencia a todo mundo”.
“¿Sabes quienes son los que más aportan en la colecta de la Cruz Roja? – me preguntó al final de mi visita-. Los pobres”.
Confesiones de Lydia Cacho
El 16 de diciembre de 2005 la periodista Lydia Cacho fue detenida por delitos de difamación y calumnias tras denunciar en su libro Los Demonios del Edén una red de pederastia.
Fue aprehendida en Quintana Roo y llevada hasta Puebla. Después se supo que el mandatario de este estado, Mario Marín, había ordenado su captura. El exgobernador está en la cárcel después de que el Juzgado Segundo de Distrito en Quintana Roo le dictó auto de formal prisión.
La comunicadora participa en el libro bajo el título Confesiones desde la selva mexicana.
El libro es de Penguin Random House Grupo Editorial.
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