La viuda Basquiat: una novela llena de arte, Nueva York y exceso

El artista plástico Jean-Michel Basquiat (1960-1988) sigue ejerciendo un enorme poder de atracción… su obra rebosa de vitalidad, riqueza plástica y transgresión… es una pintura muy poderosa que no deja de increpar y fascinar a parte iguales; su existencia terrenal se limitó a 28 años de intensidad pura que a través de la literatura conectan con los de Suzanne Mallouk, quien fuera su pareja más estable, por lo que puede ostentar el apelativo de La viuda Basquiat.

La existencia de esta novela, alimentada por el formato de diario, una vez más demuestra que el arte verdadero no tiene fecha de caducidad. La primera edición data del 2015, pero ha sido relanzada este año tras el empujón que le ha dado la popstar Dua Lipa, a través de Service 95.

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La obra ha vuelto a circular mientras que su autora Jennifer Clement ha publicado otros libros, dedicado tiempo al activismo social y formado parte del PEN Club -incluso encabezando la sección México-.  La también creadora de La fiesta prometida hace algunos cameos dentro de la novela, pues fue amiga cercana de Suzanne y la acompañó durante esos años frenéticos en que Nueva York hervía en cuanto a manifestaciones artísticas.

Como era de esperarse la aparición de otros personajes célebres es muy larga: de Andy Warhol y Keith Harring a Madonna; de Julian Schnabel y Francesco Clemente al grafitero Ramellzee y la promotora de arte Annina Nosei. Galerías, bares, restaurantes de La Urbe de hierro alternan con departamentos astrosos, el estudio de pintura y una gran cantidad de antros donde se la pasan viviendo al límite.

Jennifer Clement apela al cambio de narrador -de la tercera a la primera persona-, inserta pedazos de un supuesto diario -en itálicas- y saca el mayor rendimiento a capítulos cortos que dinamizan una estructura fragmentaria que  hace de la lectura un acontecimiento veloz y fluido.

La viuda Basquiat es una novela fragmentaria que se potencia a través de los espacios dedicados a contar la anécdota concreta de la que surgieron varios de los cuadros de Jean-Michel o bien explicar a detalle las figuras presentes en pinturas representativas para la relación de dos amantes que se hallaban tan colgados de su relación como sus adicciones.

Mallouk -canadiense de raíces palestinas- es una sobreviviente; consiguió rehacer su vida sin depender del dinero de quien tuviera una carrera meteórica mediante la cual pretendía insertar a un pintor negro entre lo más granado del arte contemporáneo -cosa que consiguió con creces-.

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Se trata de uno de esos libros íntima e intensamente ligados a Nueva York y es por ello que abundan las referencias a sus calles, barrios y lugares públicos… no olvidemos que Basquiat partió de vivir en las bancas de Washington Square para desde allí conquistar al mundo -incluyendo al más blanco, racista, conservador e intolerante-.

Al final, la novela termina por parecerse a un tema del jazzista Miles Davis -a quién tanto admiraba Jean-Michel-… hay genialidad artística, vértigo existencial e inspiración… aquí los acontecimientos se arman como un rompecabezas en busca de la experiencia estética y existencial más sublime posible, con todo y el riesgo de que vaya la vida en ello.

mho


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