En esta columna, hemos tocado muchas veces la importancia de la participación política de las mujeres, hemos logrado en poco tiempo como parte de una demanda del movimiento feminista y la llegada de mujeres comprometidas con este tema a alcanzar la paridad en los congresos federales y locales, por supuesto también se está buscando que este principio se vea reflejado también en el Poder Judicial en donde aún subsiste una representación preponderantemente masculina, por supuesto, no es el único espacio, también están los espacios sindicales que durante mucho tiempo, han tenido únicamente representaciones solamente a través de “otorgar” espacios como Secretarías en donde muchas veces se repiten los estereotipos de género, de organizar el 10 de mayo, tendrán una década que hacen más o menos visibles el 8 de marzo.
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De acuerdo a los datos de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) en donde además por primera vez ésta a cargo de una mujer joven como lo es Luisa Alcalde, los datos nos indican que solamente el 8.67% de las organizaciones sindicales tiene como Secretaría General a una mujer, esto tiene que ver además con ciertos ramos de la industria y el trabajo donde todavía existe menor presencia de las mujeres como son casos de la industria petrolera, la rama de la construcción o del transporte y es a partir de la nueva reforma laboral que estos están obligados a incorporar el principio de paridad en sus directivas, un gran reto para la transformación de la cultura laboral en nuestro país, ¿Por qué es tan trascendente esta incorporación? Desde mi punto de vista, tiene que ver con muchas situaciones una de ellas es la brecha salarial en nuestro país del 34% de lo que ganan las mujeres respecto a los hombres en el mismo puesto de trabajo, pero esta brecha se abre aún más cuando se trata de mujeres con hijos, de acuerdo a un estudio del Colegio de México, las trabajadoras que son madres y además están casadas está es hasta del 40% durante los 11 años posteriores al embarazo y otro dato es que las mujeres con hijos ganaron 16% menos que las que decidieron no tenerlos, por supuesto tampoco hay políticas para que los hombres se incorporen al trabajo de crianza y cuidados de niñas/os, también es necesario hacer esta transformación no solo en los sindicatos sino en las empresas, como lo ha mencionado el Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO) en la cual analizó 157 empresas que cotizan en la Bolsa de Valores, de las cuales 33 no tienen a ninguna mujer en su Consejo de Administración, ni en direcciones de Finanzas, Direcciones generales o Jurídicos y en sus Consejos Directivos de 10 integrantes solo hay una mujer, otra de las transformación tiene que darse es erradicar la violencia de género de los centros de trabajo, en el que nuestro país tiene pendiente ratificar el Convenio 190 sobre la violencia y acoso que sigue estando presente en muchos espacios, aunque por supuesto hay esfuerzos para que existan protocolos y comités para irlo disminuyendo.
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Transformar la cultura laboral con perspectiva de género, significa también lograr Trabajo Decente que se conmemoró el pasado 7 de octubre, en el que la OIT realizó un llamado mundial a la acción.
Es necesario que desde lo laboral se impulse ya un mundo equitativo e igualitario que ponga al centro a las personas, que no dejemos la seguridad social en empresas privadas que la hace inalcanzable, la salud, la vivienda y la jubilación, que ha dejado atrás a personas jóvenes y en manos de plataformas virtuales la inseguridad de quienes se han tenido que emplear en ellas.
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