La Avenida Revolución es la avenida más bonita de la ciudad de Pachuca y de un tiempo para acá los domingos se vuelve peatonal y es tomada por la gente, las bicicletas y los perros. Pero parece que ya no quieren que sea así.

Lo primero que hay que decir es que no es buena idea tomar decisiones de política pública por medio de consultas populares. Las consultas populares tienen varios problemas, uno es que la gran mayoría de las personas que participan en la consulta normalmente no tienen información suficiente. Como en el voto intervienen gustos y preferencias o de plano lo que motiva el voto es una conveniencia, esto provoca sesgos. Otro problema es que no necesariamente en la votación se reflejan los gustos y preferencias de la comunidad cuando la cantidad de participantes es poca, hay grupos organizados que pueden inclinar la balanza en uno u otro sentido.

Con esto no digo que los ciudadanos no deban de ser tomados en cuenta, por supuesto que deben ser escuchados y tomados en cuenta pero para eso hay mejores métodos que una consulta popular. Los gobernantes deben de tomar decisiones y hacerse responsables de ellas, justo para eso elegimos gobernantes, la consulta popular impide que sucedan esas dos cosas, con la idea de que “el pueblo ha hablado” el gobernante se evita el tomar una decisión y además se quita responsabilidad. Para el gobernante el pueblo eligió, si la cosa sale mal, él no es responsable. Las políticas públicas no se deben decidir en la plaza pública, se deben decidir en las oficinas gubernamentales porque ahí están las herramientas necesarias para tomar una mejor decisión. Querer consultarle todo al pueblo es populismo.

El gobierno tiene la capacidad de hacerse de evidencia, de estudiarla y de tomar una decisión basada en la información con la que cuenta. La decisión de mantener cerrada la Avenida Revolución debe venir acompañada de evidencia, de hacer estudios, de observar los casos exitosos, de consultar a expertos y de poner en una balanza costos y beneficios. En el cierre o no de la avenida no se deben de contar sólo las pérdidas económicas de un grupo de empresarios a los que el cierre afecta, se deben contar también los beneficios que provoca el cierre y que no son tan fácilmente cuantificables, por ejemplo, los beneficios sociales de hacer comunidad o los beneficios a la salud que trae el caminar o andar en bicicleta o simplemente los beneficios que provoca que las personas sean por un momento un poco más felices por ver a un perro. Si todos los beneficios, que no sólo los económicos, de cerrar la avenida los domingos fueran mayores que los costos, habría que dejarla peatonal.

Por otro lado están los afectados por el cierre de la calle, a ellos no se les debería dejar a su suerte y para eso habría que pensar en una forma de compensarles. Se podría llegar a un arreglo en donde los afectados obtengan algún beneficio por parte del ayuntamiento y así permitir el cierre de la avenida, por ejemplo, descuentos en el impuesto predial o descuentos en las licencias de funcionamiento, el asunto es que pueda haber un intercambio que beneficie a las dos partes. También debería de haber un compromiso del ayuntamiento para mantener limpia la avenida durante el día. Sí, los ciudadanos deberían de hacer su parte no tirando la basura en la calle o levantando el excremento de sus mascotas pero con eso no basta.

Mi percepción es que la Avenida Revolución peatonal los domingos es algo positivo y, de serlo, debería de quedarse así. Como dicen por ahí, si algo funciona bien, no le muevas, y si le vas a mover es porque estás seguro de que va a funcionar mejor. Si los gobiernos anteriores dejaron algo bueno, que lo dejen y que los nuevos mejor se ocupen de aquello que dejaron mal, que no ha de ser poco y tampoco es que haya mucho tiempo.