La cuarentena se ha extendido por diez meses y aún no se ve la luz al final del túnel Covid, que ha enlutado a miles de familias en nuestro país.
La pandemia ha cerrado escuelas, oficinas y negocios además de provocar un aislamiento social para disminuir la posibilidad de contagios y muertes por Covid – 19, para el caso de los centros educativos que tuvieron que migrar apresuradamente del trabajo académico presencial al trabajo académico desde casa, ya sea modalidad virtual, a distancia o en línea, mucho se ha dicho sobre la adaptación de los diversos modelos educativos y los esfuerzos de autoridades, maestros, padres de familia y alumnos por acercar el conocimiento al alumnado, tarea nada sencilla para todos.
Además de lo ya dicho, existe otro episodio del trabajo escolar en casa que resalta con las condiciones tan diversas en los hogares mexicanos, sobresale la abismal desigualdad socioeconómica que viven millones de familias en nuestro país, donde muchos estudiantes no cuentan con la tecnología, ni los insumos, ni el espacio, ni el ambiente necesario para poder cumplir con sus expectativas académicas.
Además de estas barreras, se conjuga que todos los integrantes de una misma familia estén conviviendo las 24 horas dentro de casa, sentimientos como estrés o angustia que genera que los padres de familia se están quedando sin empleo, el dolor de tener en casa enfermos de Covid o familiares que han muerto por esta enfermedad.
En esta causa, los padres de familia han adoptado un papel protagónico ya que son apoyo y eslabón entre el alumno y el maestro, sin embargo, también existe el escenario donde ambos padres de familia deben salir de casa para trabajar y lejos de no poder cooperar con sus hijos, prevalece la angustia por dejarlos solos.
Para el caso del alumnado de niveles superiores, que por su edad ya no es indispensable la supervisión de los padres y que suelen tener una movilidad propia, se generan, además de algunas dificultades ya mencionadas, otro tipo de trances ya que no pueden reunirse, ni poner en práctica sus habilidades deportivas, han perdido su ambiente escolar y en muchos casos también no tuvieron la posibilidad de acercarse a la vida real laboral mediante prácticas profesionales o servicio social. Se han logrado adaptar cada vez con más tino las estrategias necesarias para el trabajo académico en casa y el esfuerzo del personal docente sigue sumando objetivos cumplidos, sin embargo, todo lo referido anteriormente y múltiples factores más, ha dificultado que muchos alumnos puedan desarrollar a cabalidad sus labores escolares en casa, donde lamentablemente también se han visto en la necesidad de abandonar sus estudios para incorporarse a la vida laboral o bien por situaciones personales.
El reto continúa para todos y los lazos de fortaleza que puedan tejerse desde el hogar serán determinantes para coadyuvar a alcanzar objetivos personales, familiares y académicos. Quizá la frase más recurrente durante el último año es “Quédate en casa” y hoy más que nunca debemos esforzarnos para que así sea en la medida de lo posible, si apoyamos con esta medida, colaboraremos a que esta pesadilla llamada Covid-19 tenga salida.
Hasta aquí el apunte de la semana apreciados lectores de La Jornada Hidalgo, gracias por sus comentarios, hasta la próxima.
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