La música en cualquier versión es parte de la existencia, es la banda sonora de tu película llamada vida, llena de emociones y sensaciones únicas.
La música simplemente es un lenguaje universal, que tiene efectos muy positivos en el aprendizaje, la salud mental, emociones y en la vida misma, es una magnifica compañera que aparece prácticamente en todos lados, es casi imposible saber de alguien que no disfruta de la música.
Estamos cerca de celebrar el Día Internacional de la Música (o del músico) que se conmemora en varias fechas en el mundo, una de ellas es el 22 de noviembre, ocasión que se presta para reconocer su magia y asombroso alcance en todas las civilizaciones y todos los tiempos.
Un sinnúmero de estudios da cuenta de cómo la música puede tener influencia para propiciar aprendizaje significativo, son amplios los beneficios de utilizar recursos sonoros como la música para estimular las habilidades cognitivas y por ende aprendizaje.
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La utilización de la música para lograr aprendizaje, es multifactorial, y en parte tiene que ver con la forma de aprender de cada individuo, así como un ambiente hostil no apoya en el desarrollo escolar, por el contrario, la música es un elemento que genera un mejor ambiente áulico, pues motiva la relajación, libera tensiones y hasta le pone un toque de felicidad y alegría al momento.
Es interesante identificar como la música forma parte de nuestro ser, y para incluirla en el día a día escolar, se recomienda, por ejemplo, controlar el volumen de forma tal que no interfiera en la concentración, es decir, que te permita escuchar tus pensamientos, seleccionar el estilo de música más adecuado con base en la tarea a realizar, suele sugerirse música sin letra y descartar la música muy activa o que nos encante, pues provocará distracción.
Desde luego es determinante que el facilitador identifique aquellas actividades escolares donde el nivel de esfuerzo o concentración es alto, ya que, en estos casos, no es lo más recomendable acompañar la tarea con música.
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Pero si lo que se pretende es estudiar con música, lo más recomendable, es por principio de cuenta identificar si a la persona o las personas que pretenden realizar esta actividad les viene bien acompañarse de algún recurso musical, pues no siempre se logra el resultado deseado, hay casos donde el silencio reditúa más para este fin.
En general el elemento musical es muy positivo dentro del aula, para el caso de buscar un trabajo educativo dirigido, entonces se puede recurrir a la musicoterapia, donde se aplica la música de manera científica para alcanzar objetivos.
Las facilidades tecnológicas favorecen en mucho el uso de la música para tareas educativas y en general escolares, la clave es encontrar el ritmo que favorezca más la labor a desempeñar, si no lo has experimentado, no te quedes con las ganas de probarlo, podrías descubrir otra forma para aderezar tu quehacer docente. Me despido parafraseando a Hans Christian Andersen, “cuando las palabras fallan, la música habla”.