La masacre de migrantes en San Fernando y un poema inspiran película

El 16 de agosto de 2010 en San Fernando, Tamaulipas, se descubrió una narcofinca con 73 cadáveres de migrantes asesinados al aire libre y abandonados a la intemperie, provenientes del sur de México, Centroamérica y Sudamérica. Un caso tan despiadado como indignante, enmarcado en los primeros años de la así llamada guerra contra el narcotráfico, en el que la impunidad y la falta de diligencia por parte de las autoridades mexicanas provocó la espera de al menos una década para que las 18 personas relacionadas con el caso recibieran sentencia condenatoria.

El director José Luis Solís inspirado en estos hechos y en el poema Los nadies, de Eduardo Galeano, creó el largometraje de ficción La alberca de los nadies, que busca acercarse a los posibles hechos que las víctimas secuestradas tuvieron que afrontar para sobrevivir el 16 de agosto de 2010 en la narcofinca de San Fernando, Tamaulipas. La cinta llega a las pantallas comerciales y circuito independiente este fin de semana. En La alberca de los nadies, a decir del director, “tuve que realizar una investigación porque nadie sabe realmente lo que ocurrió en ese entonces, pero sí me introduje en los mecanismos, características y el modus operandi que hay detrás de estos lugares. Mi película es una historia de migrantes, me alejé de las historias que se centraban en la atrocidad que la delincuencia organizada hace con el problema de la migración”.

Agregó: “comencé a tener inquietudes y líneas narrativas, una de ellas fue que estas fincas son campos de concentración de nuestro tiempo”.

Otra de los descubrimientos que hizo en la investigación que realizó para confeccionar el guion, fue que llegó a plantearse la pregunta sobre qué principios éticos y morales estaría dispuesto a romper para sobrevivir. “Cuando levantan al migrante le quitan todo sentido de identidad y humano y lo tratan como un objeto, para darle un uso, y el crimen organizado lo desecha en caso de que no le sirva”, mencionó.

La historia de La alberca de los nadies se desarrolla alrededor de Anayeli (interpretada por la actriz guatemalteca María Mercedes Coroy) y Alex (Danny Alex Bautista), dos indígenas que buscarán huir de sus captores con vida, aunque para ello tengan que poner a prueba sus propios valores.

El director confesó: “no quise adentrarme en una ficción histórica estricta y me concentré en contar una historia de sobrevivencia para relatarla como una ficción a pesar de que podría ser una historia documental. También tuvo mucho que ver el hecho de enterarme de cómo comenzaron a privar de sus propiedades a gente cercana para transformarlas en casas de seguridad para secuestrar y extorsionar a los migrantes, y confrontarlo con sus historias sobre el infortunio que viven”.

Mencionó que en otro momento que estaba escribiendo la historia de La alberca de los nadies, no quería “que el tema rozara en el hartazgo, por eso incluí la información para que el público dimensionara el tema. En muchas partes del mundo y aquí en México no saben de los sucesos de San Fernando. Hablo de una fractura social, porque las atrocidades que hemos vivido no han parado”.

Confesó: “La alberca de los nadies toma como referente el impactante hecho histórico de San Fernando, para desde la ficción cinematográfica desplegar los cuestionamientos anteriores. El largometraje expone cómo en tiempos de barbarie un grupo de seres humanos son obligados a cambiar radicalmente sus principios para poder sobrevivir, esta es la historia del vertiginoso caos del salvajismo actual donde los modernos campos de concentración se desarrollan en ranchos de lujo que han sido despojados de sus dueños y convertidos en fábricas de sicarios, prostitutas y esclavos del tráfico de drogas.

“La alberca de los nadies, a través de los personajes de Alex y Anayeli, despliega el camino hacia el calvario de la sobrevivencia, la película expone durante hora y media la conversión hacia lo infrahumano en aras de conservar la vida. Paradoja brutal, ya que para vivir hay que delinquir, despojarse de principios y matar, ya que la sobrevivencia en la era del narcoterror no sabe de ética ni de moral.”