La libertad de expresión se ha convertido en uno de los derechos más importantes para nuestra sociedad, éste permite no solo transmitir aquello que inquieta a quien se dedica al arte de investigar, analizar o publicar información, sino que también concede una oportunidad para mostrar aquello que puede convertirse en un catalizador para cambios radicales en la sociedad.
El pasado lunes en Hidalgo dio inicio la cuarta semana del periodismo, y he de reconocer que esta loable profesión de muchas maneras se ha transformado en un aspecto que ha impulsado transformaciones públicas, reorganizaciones sociales y renovaciones importantes.
Identificar el primer periódico es difícil, sin embargo, se considera el Acta Diurna colocada en el Foro Romano por el emperador Julio César desde el Siglo I como uno de los antecesores significativos, y desde aquél entonces hasta nuestros días ha sufrido cambios notorios que nos han acercado a una prensa cada vez más apegada a la realidad y firme de convicciones.
Con el trascurrir de los años hemos sido testigos de cómo gracias al trabajo comprometido de periodistas y escritores, la historia de los países democráticos transita sobre las bases del derecho a la libertad de expresión, al desarrollo del conocimiento y al periodismo libre, pero sobre todo se debe admitir que los periodistas en México han logrado que la sociedad no cierre los ojos ante los problemas y, que comprenda las distintas realidades a lo largo del país.
Desafortunadamente, en México el camino por recorrer aún se encuentra lleno de imperfecciones y vueltas mordaces ya que esta profesión ejerce un alto nivel de riesgo; ¿Cuánto peligro hay en comunicar la verdad? Al parecer en muchos países incluido el nuestro, demasiado; tan sólo de acuerdo a su más reciente informe publicado el 29 de diciembre pasado, Reporteros Sin Fronteras (RFS) publicó que, de los 50 reporteros asesinados en todo el mundo durante 2020, el 68% estaba en países en los que no hay guerra, como México, India, Pakistán u Honduras.
De igual forma la Comisión Nacional de los Derechos Humanos en su Informe de Actividades 2020 menciona que el 2019 no fue la excepción en cuanto a la ocurrencia y frecuencia de homicidios a periodistas, ya que del 01 de enero al 18 de diciembre de 2019 se registraron 12 homicidios, y se solicitaron en 91 ocasiones medidas cautelares a favor de periodistas, reporteros y reporteras.
Es por ello que hoy frente a una sociedad cada vez más segmentada, destaco el valor de cada periodista que se enfrenta a la verdad, que la persigue incansablemente, que sabe que a pesar del largo camino a recorrer no cede; reconozco a aquellos que combaten, en una era de las redes sociales, riesgos como la incomunicación, el aislamiento, la violencia y la agresividad, pero sobre todo que vencen el miedo.
El verdadero periodismo debe tener sus bases en la investigación y la formación académica; entraña en sí un acto de exploración que busca develar lo que se procura mantener escondido; simboliza las preguntas constantes; el advertir en un acto sin razón aparente una indagación que puede llevar a lo profundo de los actos más crueles e insensibles.
*Analista en temas de Seguridad, Justicia, Política y Educación.
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