La secretaria general del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, Carolina Viggiano Austria discrepó del texto entregado en este mismo espacio la semana pasada, bajo el título “Mujeres comienzan a dominar la sucesión en Hidalgo”, donde me referí a las circunstancias, desencuentros y reapariciones en torno a los velados destapes rumbo a la sucesión estatal.
No recibí réplica alguna a la información expuesta en dicha columna, pero sí algunos mensajes vía WhatsApp por parte de Carolina Viggiano, quien de entrada calificó el texto de “barroco y misógino” por mencionar que ella habría influido en la designación de su esposo el ex gobernador de Coahuila, Rubén Moreira como candidato plurinominal a diputado.
“El tiene su propia carrera y yo la mía que por cierto no veo a ningún ex gobernador trabajando a ras de tierra como él lo hace, se gana sus cosas como un militante más y no le quito a ningún hidalguense (sic)”, refirió la dirigente tricolor.
Cuestionó que en la columna se hiciera alusión a que su círculo cercano fue beneficiado con la inclusión en la lista de plurinominales, entre ellos Marco Antonio Mendoza Bustamante y su hijo Juan Pablo Beltrán, por encima de otros priistas.
“Marco Antonio Mendoza es un brillante abogado experto en derechos humanos, electoral y sistema acusatorio, ha escrito 7 libros tiene tres maestrías varios premios como locutor e historiador”, añadió Viggiano.
Respecto a su hijo, la ex presidenta del Tribunal Superior de Justicia señaló:
“Y por cuanto hace a mi hijo es suplente no tendrá sueldo ni ningún privilegio él quiere hacer carrera y por si no lo sabes él tiene una discapacidad en el habla”.
Le aclaré a la dirigente tricolor que la información vertida en las Letras Minadas fue parte de un reporteo, actividad que he realizado sin pausa durante más de 20 años.
-Pues a mi no me entrevistaste ni a marco ni a Rubén Moreira (sic)-, insistió.
La columna mencionaba que además de Carolina Viggiano, otras mujeres pretendían la candidatura del PRI al gobierno de Hidalgo, entre ellas, la ex presidenta del DIF nacional, Laura Vargas; la senadora Nuvia Mayorga Delgado; la diputada local María Luisa Pérez Perusquía, y quizá la ex secretaria de Educación Pública, Sayonara Vargas, cuyo ingreso a la contienda dependía de su triunfo en la próxima elección.
“Si gustas te paso mi CV y lo contrastas con la de las mujeres que mencionas te mando el de marco y lo contrastas con otros aspirantes a la dip federal. Estaría interesante (sic)”.
En ninguna parte de la escueta conversación, Viggiano Austria desmintió los argumentos de la columna, la cual, desde su percepción, fue misógina y con la finalidad de restarle méritos profesionales a su círculo cercano.
Sin embargo, el texto en ningún momento la descalifica por ser mujer, por el contrario, analiza su labor como dirigente de un partido político. Tampoco discute la trayectoria profesional ni académica de Viggiano, de Moreira ni de Marco Antonio Bustamante, como tampoco se cuestionó la discapacidad de su hijo, lo cual ni remotamente debería ser tema de análisis.
Pese a ello, ocupé este espacio para externar las objeciones de Viggiano, porque es válido disentir, no así, descalificar la labor de los periodistas cuando los argumentos no favorecen a los políticos.
@AlexGalvezQ
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