La amistad

Estos últimos días la vida me ha puesto a pensar en la amistad y la importancia que tiene en nuestras vidas. Cuando algo tiene relevancia para mí me gusta conocer lo que la ciencia tiene que decir al respecto, a veces por curioso y otras veces, como esta, porque me reconforta. Esta vez les voy a contar algunas curiosidades que he aprendido sobre la amistad.

Por allá de 1993, Robin Dunbar, hoy profesor emérito de psicología evolutiva de la Universidad de Oxford, sorprendió a propios y extraños al afirmar que el ser humano sólo es capaz de tener, en promedio, 150 relaciones significativas durante su vida. Para fines prácticos, relaciones de amistad. Se inicia con una o dos, entre la adolescencia y principio de los 20 años se alcanza un punto máximo (no es casualidad que la mayoría de los amigos que conservamos hoy los hayamos conocido durante nuestros años de escuela), se estabiliza en 150 entre los 30 y los 70 años para de ahí empezar a descender.

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¿Cómo llegó Dunbar a este número? Dunbar se puso a estudiar monos y simios y se dio cuenta de que su “grupo social” estaba correlacionado con el tamaño de su neocorteza o neocórtex, que es la parte del cerebro responsable de la capacidad de razonamiento, es la parte que permite el pensamiento lógico y la consciencia, a mayor tamaño del neocórtex, mayor era el número de miembros del grupo. En los seres humanos el tamaño del neocórtex es mayor por lo que Dunbar calculó que una persona podía tener, en promedio, 147.8 relaciones significativas, que para hacerlo más práctico redondeó a 150.

Así fue como nació la Hipótesis del Cerebro Social, que de forma muy simple dice que nuestras relaciones personales están condicionadas por el tamaño del neocórtex. Podríamos decir que nuestra capacidad para tener amigos depende de la materia gris, esa materia que todos creemos tener más que los demás. Así que no podemos tener todos los amigos que quisiéramos, hay un límite.

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No todas las amistades son iguales, ahora sí que hay niveles. Según Dunbar, vamos a tener a lo largo de nuestra vida a 5 amigos íntimos, 15 mejores amigos, 50 buenos amigos, 150 amigos, 500 personas que recuerdas y 1500 personas que puedes reconocer. ¿Por qué no todos pueden ser mejores amigos? Una de las razones es el tiempo. Cultivar una amistad requiere tiempo, entre más importante es la amistad, más tiempo se le tuvo o se le tiene que dedicar, como el tiempo es escaso y hay que repartirlo entre varias actividades, tenemos un tiempo limitado para dedicarlo a las relaciones de amistad. Todo no se puede, hay que escoger.

Una consecuencia importante de tener una buena red de amigos es la salud. Varios estudios han confirmado que tener amigos tiene un efecto benéfico en nuestra salud, incluso un efecto mayor que hacer ejercicio o tener una buena dieta. El efecto no sólo es físico, también es mental, tener amigos de calidad reduce mucho la posibilidad de sufrir depresión. También hay evidencia que tus amigos te hacen más feliz, incluso cuando tus relaciones amorosas no van por buen camino. Hay, pues, una correlación positiva entre tener una vida social satisfactoria y una mejor calidad de vida. Aunque esté ahora de moda la idea de que sólo te necesitas a ti para ser feliz, la realidad es que la soledad no es una buena idea.

Como podrán ver, la amistad es muy importante en nuestras vidas.

Una enfermedad me acaba de arrebatar a Karime, mi mejor amiga, y eso fue lo que me puso a pensar en la amistad, estas líneas que leen ahora se escriben pensando en ella. Su lugar en el círculo de amigos íntimos no se va a quedar vacante porque le voy a seguir dedicando el mismo tiempo a nuestra amistad, le seguiré pensando hasta el día en que yo también deje de pensar.