En acto celebrado en la Plaza Juárez, Julio Menchaca Salazar protestó como nuevo gobernador de Hidalgo, el 34 en lista de mandatario constitucionales. Evento que en ningún momento transcurrió entre pesadas formalidades, y sí se vistió de agilidad y, sobre todo, despertó el interés general.
El ya mandatario fue aprobado por la 65 Legislatura estatal, con la asistencia de los 30 diputados hidalguenses. Aunque de distintas afiliaciones partidistas, todos de impecable comportamiento.
Escenario diferente a los de sexenios anteriores, casi a los pies del Palacio de Gobierno, que en algunos espacios se recubrió de color guinda, al que identifica a Morena, y en salvaguarda Benito Juárez.
Cubiertos los protocolos por los legisladores con comisiones de cortesía para recibir al nuevo mandatario, a quien acompañaron el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, representante del presidente Andrés Manuel López Obrador y en actitud discreta el tácitamente ya exejecutivo estatal Omar Fayad; quien énfasis de repetida discreción, poco después abandonó el recinto, aunque ya había declarado que se quedaría en Hidalgo para dar la cara a lo que pudiera surgir del proceso de transición.
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Y con puntualidad, acorde a protocolo y horarios, arribo de invitados, muchos de los cuales reconocidos por sus funciones –y aspiraciones fueron recibidos -frase muy repetida-entre nubes de aplausos. Tal vez no extendidos generosamente a dos exgobernadores, Manuel Ángel Núñez y Francisco Olvera
En fecha tan trascendente, la esposa, compañera de años de Menchaca Salazar, Edda Vite, solidaria Ya en su hogar, en el ocaso de un lunes tan significativo, mucho tiempo para en su plena identidad comentar de lo ocurrido. Así se estila entre parejas tan bien identificadas por sus sentimientos como ellos, con dos hijos, Carolina y Julio.
En su discurso, primero en calidad de mandatario, Menchaca Salazar, quien entre otros cargos fue senador del 1 de septiembre de 2018 al 10 de febrero de 2002, relevándolo Nabor Rojas, también presente en este 5 de septiembre, reiteró su actitud firme, sin concesiones, a la corrupción y a la impunidad, mayores apoyos a quienes tienen menos en la entidad, fortalecer inversiones para nuevas fuentes de trabajo y, énfasis, robustecer la seguridad.
Profético al anunciar que de aquí en delante todo será mejor. En dos ocasiones, discretamente se pasó un blanco pañuelo por la frente ligeramente perlada por una suave temperatura.
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Hubo quienes que polarizaron; tres de ellos ahora parte de una nueva identificación, Corcholatas, término tan singular como el de décadas atrás: Tapados. Cuestión de épocas y circunstancias diferentes.
Así llegaron Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y, ya se citó, Adrián Augusto López, más Ricardo Monreal, los dos primeros recibidos con aplausos; casi empate.
También, Olga Sánchez Cordero, de pronta y calidad sonrisa, gobernadores, senadores, diputados, entre muchos otros.
Advertibles asimismo quienes serán parte de su gabinete, atento, Natividad Castrejón, quien fuera su coordinador de campaña y ahora estará al frente de la Secretaría de Educación Pública, tema que por su formación académica domina el nuevo funcionario.
Quedaron así para el recuerdo 93 años en que el PRI ostentó su autoridad, hoy, decisión de votantes toma la estafeta Morena, sin agravios y sí con perspectivas de un Hidalgo mejor de la mano de Julio Menchaca Salazar.