El encono que ha generado en Jalisco la disputa postelectoral por la gubernatura estalló hoy en la primera visita del presidente Andrés Manuel López Obrador y la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, a Jalisco. Los simpatizantes morenistas se confrontaron a gritos con los simpatizantes del Movimiento Ciudadano. Un ensordecedor griterío de ambos bandos acalló el inicio de bienvenida del gobernador, Enrique Alfaro.
“¿Gobernador!, ¿Gobernador! “, coreaban sus simpatizantes en un intento por silenciar el “Fuera Alfaro, fuera Alfaro” de los morenistas, que se sienten agraviados por el resultado electoral.
Aunque lo intentaron en varias ocasiones, el alboroto era ensordecedor y le impedía hablar ante miles que acudieron al acto sobre los avances del Plan Integral de Reparación del Daño de los pueblos de Temacapulin, Acasico y Palmarejo mismos que iban a desaparecer con la construcción de la presa El Zapotillo, que modificó el gobierno obradorista.
La primera en apelar a la sensatez de ambos bandos fue la esposa del presidente, Beatriz Gutiérrez Mueller, quien con ademanes llamaba a la calma infructuosamente. A gritos, Alfaro no podía hacerse escuchar para dar la bienvenida a López Obrador.
Fue entonces cuando la presidenta electa Claudia Sheinbaum se dirigió al estrado donde estaba Alfaro para tomar el micrófono: “es un día bueno hoy (para los pueblos) ¿no? Vamos a dejar que hable el gobernador ¿les parece? ¿Quién está de acuerdo con que hable el gobernador de Jalisco? Yo sí, adelante gobernador”.
La intensidad del vocerío se redujo un momento pero no tardo en reavivarse. López Obrador secundó la actitud de Sheinbaum. “Yo también estoy de acuerdo que todos nos escuchemos todos, la democracia es pluralidad, no es pensamiento único, esa es dictadura.
“En la democracia tenemos que aprender a respetar la opinión de todos y un acto tan importante como este vamos a demostrar que lo más importante de todo es el pueblo”.
Las intervenciones de ambos amenguaron los ánimos en gran medida hasta que volvió a intentar hablar Alfaro.
Y es que la transición histórica del poder presidencial que reivindicaría más adelante Sheimbaun, está atrapada a nivel estatal en Jalisco con la disputa poselectoral entre Movimiento Ciudadano y Morena, por el triunfo cuestionado de Pablo Lemus en la elección.
“El origen que tuvo el movimiento que hoy es la primera fuerza política en Jalisco -dijo Alfaro – es usted”, le dijo a López Obrador al recordarle que él participó en las movilizaciones poselectorales del 2006. Ni esa frase acalló los gritos de “Fuera Alfaro, Fuera Alfaro”.
Solo hasta que elogió el carácter histórico de la llegada a la Presidencia de Sheinbaum y, más adelante, cuando reivindicó la luchas de los pueblos de la región para impedir su desaparición cuando por fin, se generaron las condiciones para continuar con el evento.
Momentos después, en su discurso, tras hacer una explicación de los alcances del programa de reparación integral del daño, López Obrador pidió disculpas por adelantado para agradecer la cooperación de Alfaro en la este proyecto integral de llevar más agua a Guadalajara, que tendrá ahora 3 mil litros por segundo y salvar a estas comunidades que en el proyecto original del tiempo neoliberal desaparecerían con la construcción de la Presa El Zapotillo.
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