Leopoldo Luque, el médico de cabecera del ídolo deportivo Diego Maradona, fallecido el miércoles a los 60 años de una crisis cardíaca, quedó el domingo “imputado de homicidio culposo”, tras allanamientos a su consultorio y la casa, según la agencia estatal Télam.
Las fuentes judiciales aclararon a Télam que esta notificación no implica un llamado a indagatoria ni una medida restrictiva de la libertad, sino que se le informa que está siendo objeto de una investigación por la posible comisión del mencionado delito.
Decisivas en las causas fueron las declaraciones testimoniales de Dalma, Gianinna y Jana, hijas del legendario futbolista y DT. Se manifestaron inconformes con el modo de tratamiento que se dispuso en la residencia maradoniana del distrito de Tigre, al norte.
“Siguen las tareas investigativas y la sustanciación de la prueba en curso, tomándose algunas declaraciones testimoniales, incluidos familiares directos”, dijo en un comunicado la Fiscalía General de San Isidro, al norte de Buenos Aires. Al ser contactado Luque por la AFP, declinó formular declaraciones.
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