Hace unas semanas el gobernador del estado, Omar Fayad presentó la estrategia Hidalgo Más Fuerte, iniciativa que refuerza la inversión en el sector económico y social, política responsable necesaria para reactivar la economía del estado; sin embargo, se debe fortalecer en dos rubros importantes que serán fundamentales para impulsar una economía enfocada en el distanciamiento social y en el acercamiento digital: movilidad e infraestructura en telecomunicaciones; comparto mis planteamientos:
Si no hay inversión para apoyar el transporte público, este servicio podría colapsar, y es que este sector opera a un 50 por ciento de su capacidad, tanto los concesionarios del transporte convencional y el masivo (Tuzobús); basta recordar que en las zonas metropolitanas del estado, el 70 por ciento de la población se desplaza en transporte público, por lo que de no invertir en este sector, se traduciría en un impacto negativo para la sociedad, ya que no se podría optimizar el servicio para todos.
En otro orden de ideas, resulta esencial reforzar la inversión en infraestructura en telecomunicaciones, que de acuerdo con el estudio Índice de Competitividad Estatal 2020 del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), revela que Hidalgo es unos de los estados mal evaluados en el subíndice de precursores, relacionado con el acceso y uso de tecnologías de la información y la comunicación (disponibilidad de líneas telefónicas móviles, hogares con computadora), el cual es limitado ante la insuficiente infraestructura que dificulta la competividad.
Hoy en día reforzar la cobertura de comunicación es elemental para transitar a nuevas fuentes de empleo y trabajo a distancia, que permita que las pequeñas y medianas empresas locales puedan ofrecer sus productos o servicios, acelerando el desarrollo económico. Asimismo, modifica nuestros hábitos de desplazamiento y medios de transporte que utilizamos para realizar nuestras actividades en los diferentes puntos de la ciudad, haciéndolo de forma segura, sostenible y responsable.
Es importante entender que, la vida no es ni será la misma después de la pandemia por COVID-19 y que las políticas públicas que actualmente se promueven, pueden impulsar el desarrollo sostenible y competitividad de nuestras ciudades para los próximos años. Es por esta razón que se deben redoblar esfuerzos e invertir en tecnología y movilidad.
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