El domingo 18 de octubre de 2020 se celebró la elección extraordinaria para ayuntamientos en Hidalgo, luego de que la fecha original, en junio, tuvo que ser pospuesta debido a la pandemia de Covid-19.
Se trató de una elección inusual, en una época en la que normalmente no se llevan a cabo comicios. Pero hacerla en junio era demasiado riesgoso, había demasiados contagios del entonces virus desconocido, que llevó a la humanidad al encierro.
Eran días de incertidumbre y desesperación. Del quédate en casa, de ver a diario cómo ascendía la curva epidemiológica. De ver llegar ambulancias con enfermeros usando trajes como de astronauta para llevarse a un vecino contagiado. De enterarse que el amigo iba a cerrar su negocio, pues el dueño del local no le perdonó la renta.
En esos días aciagos, tuve la fortuna de entrar a un proyecto editorial que justo hace una semana cumplió cuatro años de ver la luz en su versión digital. La Jornada Hidalgo nació en esa elección extraordinaria de ayuntamientos. Ese domingo 18 de octubre, todavía sin oficinas, nos acuartelamos en el departamento de Carlos Sevilla Suárez, quien dispuso sus muebles para que pudiera arrancar la redacción y así abrir por primera vez al público el portal de noticias.
Desde entonces a la fecha, ni un día ha pasado sin que La Jornada Hidalgo deje de informar a sus lectores. Es un diario que nació en medio de una crisis profunda, no sólo de salud pública, sino también económica, política, educativa. En ese entorno difícil, bajo la primera guía de Aída Suárez y después de Jorge González Correa, el diario no sólo soportó fuertes vendavales, sino que los superó y hoy se mantiene viento en popa.
No fue mala idea echar a andar un nuevo diario en medio de la pandemia, justo en ese momento la ciudadanía buscaba informarse de manera confiable, ante una embestida de desinformación que tampoco tenía precedente. En esa ola de noticias falsas y verdades a medias, La Jornada Hidalgo fue un medio confiable que informó y sigue haciéndolo con responsabilidad.
Hoy, en octubre de 2024, no tenemos una pandemia enfrente, pero sí una realidad compleja, que abre nuevos desafíos. En un contexto en el que una fuerza política dispone de una mayoría que le permite llevar a cabo su proyecto sin demasiados aspavientos, la prensa debe mantener su papel como contrapeso ante un poder que aspira a ser omnímodo.
Pero también, en una realidad inestable, con poderes fácticos que amenazan nuestra democracia, La Jornada Hidalgo se mantiene como un medio en el que la ciudadanía puede confiar. Empieza un año más en la vida de este diario, en el que tengo la fortuna de colaborar y que navega gracias a un sólido equipo de profesionales. Larga vida y buena Jornada.