Apenas la semana pasada empezaron los Juegos Olímpicos Tokio 2020 y ya se han escrito historias desde Japón para el mundo. Historias positivas y otras no tanto por los rostros que nos han regalado las y los atletas que participan en las distintas disciplinas.
Hablar de Olimpiadas significa toda una reseña no sólo deportiva, porque es en estos momentos cuando todo el público televidente se convierte en “especialista” de las justas y el desempeño de los clavadistas, o las gimnastas, o qué decir de los jinetes, cuando muy poco los vemos en fechas “normales”.
Se han visto también noticias de cómo es que varios equipos de mujeres de distintos países han cambiado las reglas del juego al utilizar otros uniformes que no dejen expuestos sus cuerpos. Mostraron: “una postura en contra de la sexualización de las deportistas femeninas, especialmente en la gimnasia que ha estado plagada de casos de abuso. Es un mensaje claro en donde se demuestra que ellas deciden qué ponerse dependiendo de cómo se sientan más cómodas”.
Y otro cambio que se ha difundido por redes sociales es el del equipo femenil de voleibol playero de Noruega que protestó y exigió poder usar shorts cortos en lugar del típico traje diminuto con el que usualmente compiten ya que decían que con el bikini se sentían “observadas” o “desnudas”. Esto les valió una multa de la Federación Europea de Balonmano. Pero su Federación apoya su decisión.
Miles de comentarios surgieron por esos cambios, el grueso de las mujeres manifestó estar a favor de la no sexualización del deporte a partir de la vestimenta. Y es justo en las competencias deportivas cuando se expone el cuerpo, los músculos desarrollados por el ejercicio y las horas acumuladas de disciplina en cuanto a alimentación y entrenamiento.
Me parece oportuno lo que realizaron estos equipos de mujeres competidoras que lejos de causar controversia, toman las riendas para decir cómo se sienten más cómodas. ¿Pero no es en este tipo de casos cuando se expone el cuerpo?
Otra de las historias que ha surgido en #Tokio2020, que se pospuso al año más letal de la pandemia por coronavirus, registra en este 2021, el retiro de la gimnasta estadounidense Simone Biles, de su participación tanto en equipo como en individual, para “concentrarse en su salud mental”. Esta joven de 24 años es una estrella en su país y admirada en todo el mundo, sin embargo, la presión es fuerte, es de sabia tomar un descanso para ver lo que sigue, que no es poco.
Atletas hidalguenses
Claro que hay atletas hidalguenses de lujo que participan en estas Olimpiadas. Y destacan las mujeres en varias disciplinas que, desde hace años suben escalón por escalón y se han ganado con creces estar en #Tokio2020.
Ellas son: Daniela Campuzano Chávez Peón, ciclista, que quedó en el lugar 16; la golfista María Fassi y Martha Fernanda del Valle Quirarte, ecuestre.
Mientras que el entrenador de clavados Iván Bautista Vargas, originario de Calnali, Hidalgo, ya obtuvo medalla para Alejandra Orozco y Gabriela Agúndez.
Eligio Cervantes Islas, viajó como delegado de la selección de triatlón y Víctor Hugo De Lucio Ávila como jefe de misión.
Lo cierto es que… las Olimpiadas nos han traído algo más que pensar en esta época del coronavirus. Se agradecen: la disciplina, el talento, su fortaleza.
Twitter@AidaSuarezCh
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