GRITO, CONSIGNA, PROTESTA – lajornada-hidalgo-prod

Garlito

Dentro del antiguo calendario cívico de nuestro país, hay una fecha cuya conmemoración se trastocó al paso del tiempo, como cambiaron los intereses de los gobiernos del antiguo régimen; primero usando el sindicalismo como orgullo revolucionario y avance social, después nuevas organizaciones en franco enfrentamiento con el gobierno y sus políticas laborales, manifestaciones acordes a la realidad, raquíticos salarios, gobiernos, políticos y líderes corruptos, época de modernos tecnócratas con viejas represiones; un acto gubernamental se convirtió en una protesta popular, casi llegando a revuelta social, el Primero de Mayo ya no es como era antes, perdió un poco su encanto y sentido social.

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Uno de los más nebulosos espejismos de gobiernos pasados, era inventar el confort, agradecimiento y supuestos salarios justos para los trabajadores, aquí prohibido decirles proletariado, agremiados en sindicatos que confabulados con patrones y autoridades, estrangularon este sector y solo bajo la tutela de grandes asociaciones sindicales, los trabajadores de México eran premiados por la Revolución, nada más falso; el sindicato era un gran colector de votos no un organismo para la defensa del trabajador e inventaron grandes confederaciones para el primero de mayo, desfilar ante el Presidente y agradecerle como máximo patrón sus deferencias con el gremio de los pobres, gobierno, patrones y sindicatos fueron los enemigos de millones de quienes solo con su mano de obra sobreviven.

El primero de mayo alguna vez fue interesante, digamos cuando en Ciudad de México, los trabajadores realmente protestaban ante el poder con gritos como no queremos goles sino frijoles, acompañados de bombas molotov que hacían blanco en el balcón presidencial, mostraban la pérdida de control de los sindicatos y trabajadores esquiroles, anunciaban la muerte de los grandes gremios laborales, PEMEX, IMSS, UNT Y SNTE; agresiones con policías, servicio secreto, golpeadores sindicales y una serie de delincuentes expertos en reventar movimientos de trabajadores; concluía en persecución y consignas más graves, el espíritu de los mártires de Chicago deambulaba por el país; ahora sino agradecimiento la clase trabajadora vive un compás de espera para demostrar que la mano de obra es más importante que los medios de producción.

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Día de protestas, era quizá el único cuando los asalariados se sentían dueños de la calle, solo por unas horas, además de recibir, gorras, sombrillas, camisetas del lidercillo que próximamente sería candidato a algo, dádivas para los viáticos, una torta, un jugo, 200 pesos, así el contubernio sindicalismo gobierno festejaba el uno de mayo; al final del desfile venían los independientes, famélicos, hambreados, trabajadores, reprimidos, el de las costureras, el de trabajadoras del hogar, el del sexo, para entonces los jerarcas sindicales los patronos abusadores y los gobernantes habían huido; sospechosa pero existía una solidaridad entre trabajadores, entre sindicatos poderosos y uno de diez obreros de un taller mecánico, nada solucionaban pero la necesidad de que los demás observaran su pobreza hacía del primero de mayo, una fecha patriótica no una pasarela de besamanos como cien años fue así.

En Hidalgo el pasado primero de mayo, una región del SNTE, decidió expresar sus propias consignas sin la venia de sus sacrosantos lidercillos y fueron reprimidos por sus propios compañeros, en una muestra intransigente se observó que las protestas, consignas y demandas, están acordadas y salirse del guion es sublevación sindical, en dudosa democracia de este gremio magisterial, se ve mayor interés político que mejorar las condiciones laborales, así como equipar un hospital en la huasteca, el zafarrancho provocado por los guardias de seguridad del mismo sindicato, es discurso contrario a la urgente necesidad de crear nuevas y mejores organizaciones donde realmente se defiendan los intereses de las clases trabajadoras.