Al terminar el largo conflicto entre la Sección XV del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y las autoridades educativas por el retraso en el pago de bonos y aguinaldos a jubilados y homologados, se puede asegurar que quienes ganaron con ello son los alumnos y la educación de por sí tan afectada con las últimas medidas del gobierno de la República.
Este conflicto derivado de que este recurso no fue contemplado en el Fondo de Aportaciones para la Nómina Educativa y el Gasto Operativo (Fone) provocó suspensión de actividades y bloqueos carreteros, que afortunadamente el último de ellos no se llevó a cabo el pasado lunes al alcanzarse un acuerdo y empezar a realizarse el pago apenas llegaron los recursos de la Federación.
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Para unos el ganador es el sindicato porque presionó al gobierno estatal, lo que teóricamente tiene una carga electoral, pero no lo es más allá de defender los intereses de sus agremiados; el SNTE estaba en una encrucijada porque no podía justificar la alianza electoral a través de su brazo político el Partido Nueva Alianza Hidalgo (Panalh) con el partido oficialista, cuando el gobierno de la República no había destinado los recursos.
Así que la actividad normal en las aulas beneficia a la educación de los niños aunque muchos se ven afectados al cancelarse el programa de Escuelas de Tiempo Completo, que deja sin una buena comida a los niños y les quita la oportunidad a las madres trabajadoras de tener un ingreso para una vida digna ante los problemas económicos que representan una inflación superior al 7 por ciento y el incremento de la Canasta Básica en un 30 por ciento.
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Cuando de educación se trata no puede hablarse de vencedores y vencidos porque o se afecta o beneficia a la educación, de ahí que lo mejor es que se haya resuelto el conflicto y ahora lo importante es que se analice esta situación porque sin importar quien encabece la próxima administración estatal, el retraso en el pago de estos derechos laborales es cíclico y la historia se repetirá.
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